INFO C.A.I. _ 24-02-2013

lunes, 28 de septiembre de 2009

No a los papelones (Página 12)

PapelonesRacing, que fue recibido por una lluvia impresionante de serpentinas, estaba para el papelón, pero Independiente, que en las papeletas de los pronósticos era favorito, se puso 2-0, aunque no pudo redondear la goleada. El orgullo que reciclaron los locales en el segundo tiempo le dio emoción a un clásico picante. El papel principal fue para Gandín, autor de dos goles.

CON TRES EN EL FONDO, RACING DIO MUCHAS VENTAJAS
La delgada línea que explotó el Rojo

Gandín festeja el gol de penal. De Olivera lo sufre.

Por Juan José Panno

El inicio del partido y el del segundo tiempo se demoraron mucho por la impresionante cantidad de papelitos que arrojaron los hinchas de Racing, en otra muestra de una fidelidad inquebrantable. Lo que no se demoró cuando empezó a rodar la pelota fue la emoción. En la primera etapa, porque a los 3 minutos Gandín estampó un derechazo violento luego de un centro de Busse, que dejó pasar bien Silvera; en la segunda, porque a los 4 minutos Ledesma mandó la pelota a la red con un cabezazo en una jugada que inició Grazzini con un medido centro. En el medio se produjo el penal de Aveldaño a Mareque convertido por Gandín y se dio una diferencia clarísima en el rendimiento de cada equipo que justifica el resultado final.

Independiente se afirmó mejor en una cancha que estaba muy rápida y se aprovechó de la falta de sincronización de su rival, que dejó a tres en el fondo y juntó a muchos mediocampistas sin peso ofensivo ni capacidad de contención. El primer tiempo pudo terminar en goleada, pero a los visitantes les faltó claridad en la última puntada.

Los jugadores y el técnico de Racing se salvaron de la ira de los hinchas porque en el segundo período llegó el descuento, Independiente se asustó un poco en la medida en que caían centros sobre el área y la presión dejó la sensación generalizada de que el empate estaba cerca.

Pero lo cierto es que, aun dominado, Independiente repartió con su rival las llegadas de esa última etapa emotiva, pero técnicamente muy pobre.

Estadio: Racing.

Arbitro: Saúl Laverni.

Goles: 3m y 28m, Gandín (I), el segundo de penal; 49m, Ledesma (R).

Cambios: 46m, Falcón (5) por Lucero (R); 58m, Pusineri (5) por Mancuello (I); 65m, Steinert por Castromán (R) y Velázquez por Grazzini (I); 82m, Gómez por Silvera (I) y 87m, Núñez por Busse (I).

Puntajes del partido


EL ENTRENADOR VIVE LOS PARTIDOS CON INTENSIDAD Y EXAGERA EN LOS ELOGIOS Y LAS CRITICAS
En Independiente, Tolo está como era entonces

Américo Gallego fue uno de los protagonistas del clásico: Protestó todo, alentó y criticó a sus jugadores y luego comparó a su equipo con el Barcelona.

Chicaneando a Caruso Lombardi, Gallego comparó a su equipo con el Barcelona después de patalear en la cancha porque los suyos no liquidaban a un rival desarticulado. ¿Qué cambió desde aquella tarde del debut y la goleada por 5 a 1 contra Lanús?

Por Juan José Panno

Américo Gallego dirigió por primera vez a Independiente en esta nueva etapa, el 5 de abril, en la octava fecha del Campeonato Apertura, contra Lanús. Fue una derrota contundente 5-1 que el entrenador no se tomó con soda, precisamente. Después de pasarse toda la tarde haciendo gestos de fastidio por lo que iba ocurriendo en la cancha, formuló durísimas declaraciones para Fútbol de Primera, un programa que en esos tiempos tenía mucho rating. Gallego mandó debajo de un camión a casi todos los jugadores e inició una relación muy conflictiva. Varios integrantes del plantel quedaron aplastados bajo las ruedas del camión; otros, los menos, entraron en terapia intensiva y volvieron.

En el equipo que entró a jugar ayer el clásico de Avellaneda había sólo tres sobrevivientes de aquella flojísima actuación en Lanús: Mareque, Mancuello y Gandín. Los tres, por diferentes razones, atrajeron la atención general. Gandín, por los dos goles; Mareque, porque jugó bastante bien y le hicieron un penal, y Mancuello, porque fue uno de los principales destinatarios del show de gestos que montó el director técnico en el primer tiempo, cuando sus jugadores se mostraban incapaces para rematar al bamboleante rival. En el fondo, todo está como era entonces y el Tolo no se conforma fácilmente.

Los números marcan notables diferencias. En el campeonato anterior, desde que asumió Gallego y hasta el final, Independiente perdió mucho más de lo que ganó y empató: 12 jugados, 3 ganados, 2 igualados, 7 perdidos y un promedio de puntos exiguo: 22 por ciento. En lo que va de este torneo, en cambio, Independiente ganó 3, empató 1 y perdió 2, lo que significa un 55 por ciento de los puntos. No es una maravilla, pero al menos está séptimo, a 6 puntos del líder (en el torneo anterior había compartido con Newell’s el decimoquinto lugar, a 19 puntos de Vélez).

Más allá de lo que cantan los números, los hinchas cantan por la victoria en el clásico y el Tolo sólo parece cantar canciones de protesta. En los 45 minutos iniciales, y especialmente después de que su equipo se pusiera 2-0, se la pasó pataleando porque los jugadores no abrían la cancha y no aprovechaban las enormes ventajas que daba Racing con su línea de tres desordenada e impotente. El equipo ganaba 2-0 y el Tolo no paraba de reclamar, como esos padres que frente a la alegría de su hijo con un 9 en el boletín de calificaciones preguntan: “Nueve… ¿y por qué no diez?”.

Después del espadeo verbal con Caruso Lombardi en la previa, Gallego aspiraba a clavar una goleada. Se le pudo haber dado en el primer tiempo, pero sus jugadores desperdiciaron algunas llegadas claras y otras jugadas de contraataque que se frustraron en el penúltimo pase, con el rival entregado, y de ahí la bronca. Gallego había desafiado a su colega a que cumpliera con la amenaza de jugar con tres en el fondo y ahí ganó la mitad de la pulseada, porque Caruso Lombardi cumplió su palabra y ahí estuvo una de las claves de la victoria de los rojos, ya que el trío Aveldaño-Cáceres-Martínez nunca pudo acomodarse bien.

En los vestuarios, al final, Gallego elogió a su equipo, mientras Caruso Lombardi se subía al camión de arrollar jugadores.


Claves

- Racing jugó con una línea de tres que tardó demasiado en acomodarse y les dio grandes ventajas a volantes y delanteros rivales, que encontraron espacios muy amplios para acercarse hasta De Olivera.

- Independiente se puso 2-0 como clara consecuencia de su dominio y pudo ampliar la ventaja, pero después del descuento pensó más en cerrarle los caminos a Racing que en liquidar el partido de contra.

- La entrega de los jugadores de Racing en el período final evitó el papelón y maquilló su decepcionante actuación del primer tiempo.

- En el ambiente flotó la sensación de que Racing estuvo cerca de alcanzar un empate que no merecía.


Color de clásico

Papeles

La hinchada de Racing le brindó un recibimiento espectacular a su equipo, con una lluvia de serpentinas blancas, acompañadas por papelitos celestes. El arco que da a la tribuna local quedó completamente cubierto y los empleados de la Academia tardaron diez minutos en limpiar ese sector para que pudiera comenzar el partido. Los hinchas rojos colgaron banderas alusivas a la situación complicada de su clásico rival. “Promoción 2009–10: Racing y Arsenal, unidos de verdad”, decía una. Otra sentenciaba: “Ya te fuiste a la B en 1983, ya te vas en 2010”.


“Que lo dejen trabajar”

“Ojalá que a Caruso lo banquen y lo dejen seguir trabajando; yo pasé momentos así y son circunstancias”, defendió Américo Gallego al técnico de Racing, antes de mandarle su propio mensaje: “Yo no me puedo enojar con Caruso, porque él vive los partidos a su manera. El dijo que iba a ganar dos a cero y se equivocó. Mala suerte, no hay problema”, señaló.


El análisis de Caruso

1 “De movida ellos se adaptaron mejor a la lluvia, pero perdimos porque en el primer tiempo no fuimos el equipo que yo quería. El gol de movida nos cambió todo.”

2 “Tal vez incidió el hecho de haber cambiado la manera de jugar, y eso hizo que los futbolistas perdieran confianza.”

3 “Todavía estoy convencido de que podemos revertir la situación; falta que se convenzan los jugadores, que son los tienen que sacar las cosas adelante en la cancha.”

Fuente: Página 12

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