INFO C.A.I. _ 24-02-2013

lunes, 8 de marzo de 2010

Torneo Clausura 2010 (8 Fecha)
Independiente 2 - River Plate 0

Desde la punta, el Rojo le saca la lengua al resto

Silvera le puso el moño a una victoria ante un River que sólo lo asustó
Desde arriba todo se ve mejor.

Incluso se disimulan los defectos, los malos pasos se pierden en la nebulosa y si andas mal vestido nadie se dará cuenta. Independiente lo sabe; ahora que es puntero nadie le va a preguntar porque por momentos desaparece del partido, porque abusa del fuera de juego y porque pierde firmeza en el medio cuando no tiene la pelota.

Quizá contra River todo esto se vea resumido de la manera más elocuente. El Rojo voló derecho a la punta y en esa soledad que le dio la victoria ante el Millo deberá no olvidar que jugando como lo hizo en el primer tiempo no le durará mucho esta alegría de ser el líder absoluto del Clausura.

El gol de Gandín cuando el primer tiempo casi que se metía en los vestuarios, le maquilló todas las arrugas y le dio orgullo para salir a jugar la otra parte del partido. Pero antes de esa definición del delantero -que caro paga las distracciones River- hubo un juego que casi le termina dando una paliza. Porque en el medio la pelota era parte de River y mientras Acevedo, Fredes, Busse y Piatti, deambulaban, el equipo del Jefe le masticaba cada vez más cerca de Gabbarini. Fue el arquero el encargado de ponerle el pecho a esa historia que maltrataba la ilusión de puntero.

Un zurdazo a Abelairas, dos buenos achiques sobre un apurado Funes y una gran salida ante Canales, mantuvieron la red propia inmóvil. Pero no logró disimular que River era superior en el juego, que la línea de fondo emperrada en tirar el achique era un peligro (Rodolfo Retta le dio una mano para que no sufran) y que Piatti hace que a veces el equipo juegue con uno menos. Sin embargo el gol que tanto mereció el Millo, se fue con quien menos había hecho para tenerlo. Largo pelotazo de Acevedo, Juan Manuel Díaz se queda papando moscas y habilita, Sánchez no logra cabecear y Gandín que había jugado tan flojo como el equipo no tiene problemas en hacer su mejor trabajo, el de castigar arqueros.

No fue el principio del fin de River pero se pareció bastante. Tuvo una más Canales, pero fue más rápido Gabbarini y allí si quedaron todas las esperanzas de River. De allí al segundo tiempo hubo otro Independiente que ya antes del segundo gol tuvo una chance que tapó Vega. Los gritos del Tolo deben haber movilizado porque Piatti empezó a agarrar la pelota, porque Busse la pidió y porque ya no dejaban sólo a Silvera. Y entonces el Rojo coloreó el segundo en una jugada colectiva brillante y en ese momento sí sintió que era puntero y que podía jugar como tal.

La jugada tuvo en Vella -de gran actuación- el inicio del recorrido, siguió en una doble pared entre Piatti y Busse que éste último convirtió en asistencia al llegar al fondo y tirar el centro atrás. El Cuqui que nunca falla en esos trabajos, la empujó, sacó la lengua y se fue a festejar la punta y el triunfo. Luego River volvió a ser el equipo de siempre, nervioso, sin ideas, equivocando caminos y jugadas, mientras el equipo del Tolo reguló los minutos, las acciones y el manejo de pelota para evitar los sobresaltos de un descuento. El Rojo se fue festejando la punta de un triunfo que por importante no debe esconder el puntero también tuvo otra cara.

6 CLASICOS

Desde que volvió el Tolo le ganó siempre a los grandes y lleva dos en 2010.

10 JUGADAS

4’
Fino ataque de River con Mauro Díaz que lo deja solo a Rojas. El paraguayo entrando al área define mal y afuera.

10’
Buen pelotazo largo de Fredes que deja solo a Gandín entrando por izquierda. El goleador solo no le acierta al arco.

11’
En la jugada posterior, desde una pelota parada de Acevedo, el Cuqui Silvera se muestra con peligro para un cabezazo que se va cerca.

16’
Corte de Ahumada, pase rápido a Mauro Díaz, habilitación a Abelairas por izquierda y el Pitu patea cruzado para que salve Gabbarini.

30’
Otra acción inteligente de Canales que deja a Funes Mori en situación de peligro, pero no puede acertar al arco.

38’
GOL DE GANDIN. Inesperadamente llega el Rojo y convierte. Pase largo de Acevedo y Gandín sin marca anota la apertura.

43’
La banca Canales con inteligencia, se filtra entre los centrales y no puede con Gabbarini que le tapa el tiro y el grito de gol.

55’
Gandín recibe de Piatti en buena posición y saca un gran disparo que Vega rechaza con buena reacción.

60’
GOL DE SILVERA. Gran jugada colectiva que se inicia en Vella, sigue con una pared entre Busse y Piatti y Silvera corona con un toque.

70’
Increíble jugada que pierde River. Centro desde la derecha, no llega, Rojas, ni Canales y Abelairas solo se cae antes de tocarla al gol.

UNO POR UNO INDEPENDIENTE

LA FIGURA: ADRIAN GABBARINI (7) Responsable absoluto de que el Rojo se fuera ganando en el primer tiempo. Tapó varios mano a mano.

LUCIANO VELLA (6) acoplado como nunca, cortó mucho y se proyectó con criterio.

EDUARDO TUZZIO (5) indeciso y arriesgando más de la cuenta aporta confusión.

LEONEL GALEANO (6) no comenzó bien, saliendo muy lejos y siendo amonestado. En el segundo se paró mejor.

LUCAS MAREQUE (7) el lateral se sumó al ataque de manera continua.

WALTER BUSSE (5) en la primera parte defendió y no atacó. En el complemento hizo la gran jugada del gol de Silvera.

WALTER ACEVEDO (5) comenzó muy flojo perdiendo el medio una y otra vez. Pero puso un pase gol formidable y luego creció en confianza y manejo.

HERNAN FREDES (4) no se sabe por qué sigue en el equipo.

IGNACIO PIATTI (5) intermitente pero criterioso. Generó juego cuando la pelota pasó por sus pies.

DARIO GANDIN (5) muy resistido hasta el gol con el cual tapó silbidos.

ANDRES SILVERA (7) otra actuación vital para el triunfo decorada con un golazo a su estilo.

UNO POR UNO RIVER

LA FIGURA: OSCAR AHUMADA (6) Gran trabajo como estampilla sobre Piatti hasta que lo amonestaron. Luego retrocedió para ordenar y se salida con pases certeros en velocidad. Tuvo voz de mando en el medio.

DANIEL VEGA (5) el arquero no ofreció rebotes y en los goles no tuvo mucho que hacer.

PAULO FERRARI (5) trepó y trepó durante la primera parte, luego se diluyó por el cansancio.

ALEXIS FERRERO (5) alternó buenas con malas pero perdió mucho en lo individual.

NICOLAS SANCHEZ (5) no pudo cortar en el gol de Gandín y en líneas generales no escapó a la mediocridad.

JUAN DIAZ (5) habilitó en el primer gol y trepó muy poco.

JUAN ROJAS (5) jugó con una displicencia que asusta. Bien en la primera parte luego decayó.

MATIAS ABELAIRAS (4) flojo en contención tuvo una inmejorable oportunidad ingresando por izquierda y la dilapidó.

MAURO DIAZ (5) como todo River fue uno en el primer tiempo y otro en el complemento. Generó espacios y fue pesadilla de centrales, luego lo sacaron.

ROGELIO FUNES MORI (5) inteligente para moverse contó con varias pero le sancionaron fueras de juego inexistentes.

GUSTAVO CANALES (5) le faltó una marcha más para capitalizar un mano a mano que tapó Gabbarini. Fue peligroso de frente al arco y no cuando recibió de espaldas.

MARCELO GALLARDO, DANIEL VILLALVA Y ROBERTO PEREYRA (X) no jugaron los minutos necesarios como para ser calificados.

“Hay que seguir mejorando”

EL CHIPI Y SU FESTEJO A LOS QUE LO HOSTIGAN.

Gandín valoró el triunfo pero con sobriedad

Festejó con ganas pero dijo que no se trató de una revancha: “Lo grité mucho porque siempre es bueno hacer un gol y más si sirve para contribuir con una victoria que nos ubica como líderes en el torneo. Pero nada más”. Darío Gandín puso a Independiente en camino de victoria con una gran definición después de un pase bárbaro de Acevedo. “Estoy contento, claro, porque sumamos de a tres, ganamos otro clásico y seguimos avanzando. Todavía tenemos que corregir muchos detalles pero estamos arriba”.

Por su parte, Walter Acevedo, consultado sobre si había metido un pase a lo Bochini o a lo Maradona, prefirió señalar con una sonrisa: “Fue un pase mío… una vez que me sale una tengo que aprovecharlo y hacerme publicidad”.

En cuanto al funcionamiento del equipo, Acevedo fue sincero y dijo: “Todavía debemos seguir creciendo; hoy por hoy estamos en cinco puntos, pero somos punteros y eso nos da tranquilidad”.
Mientras que el Cuqui Silvera siguió con su costumbre de no hablar. “Poné que Silvera no dijo nada”, expresó entre sonrisas al tiempo que firmaba un autógrafo y le recordaban que los diarios lo iban a poner de figura.

Fue el Libertadores de Américo

GALLEGO AYUDA COMO PUEDE Y NO LE VA MAL...

Gallego, una vez más, le da forma a la ilusión roja

Victoria y Soledad. A esta altura de los acontecimientos, hay que empezar a usar sombrero para sacárselo al paso del Tolo Gallego que, en su primer arribo a Independiente logró que el equipo fuera campeón después de ocho años; hoy, curiosamente a ocho años de aquella consagración, le dio forma y comanda a este equipo que -aún sin brillar ni jugar bien- se adueñó de la punta del Clausura.

Y es que todo es responsabilidad de Gallego que, primero, armó con nada un equipo y transformó las angustias de varios años en renovada ilusión. Lo hozo de la mano de ese don especial que lo acompaña y que le permite seguir recibiendo las palmadas del destino que respaldan sus decisiones: bancó a Gandín ante las críticas y el delantero respondió con un gol clave; mantuvo a Vella en el fondo pese a sus flojas actuaciones, y el defensor, ante River, pareció Clausen. Y la gente se lo reconoció entusiasmada, por primera vez atronó en el estadio el legendario: “…de la mano del Tolo la vuelta vamo’a dar”.

Igual, mantuvo la calma: “ahora no quiero ver a los jugadores en todos los programas de televisión, ya se los advertí. Tenemos que ir tranquilos y seguir avanzando de a poco, nos quedan partidos muy difíciles como el próximo frente a Chacarita”.

El nuevo triunfo de Independiente, otra vez en un clásico y la combinación de resultados más que favorable, dejaron al equipo de Américo Gallego en lo más alto de la tabla. Y, desde esa posición, el Tolo enfrenta a las cámaras y con una sonrisa en el rostro exclama en el inicio de su análisis: “Estaba muy preocupado y se lo dije a los muchachos en la charla previa. No estábamos jugando bien y se los hice saber; les pedí un poco más de volumen de juego, cinco pases seguidos bien y se ve que entendieron el mensaje”.

Y enseguida agregó: “Mejoramos mucho, frente a un rival que venía de una levantada después de ganarle a San Lorenzo y, en un clásico, las cosas siempre son más difíciles. Sin embargo, nos pusimos en ventaja, manejamos la pelota y nos defendimos bien pese a las quejas… porque los seis que reclamaron fueron orsay…”

El Tolo no ocultó en su conformismo que “nos ubicamos punteros y, por ejemplo, le sacamos una ventaja importante a Vélez, que no es algo habitual”. Pero también recordó: “ahora que estamos primeros lo puedo decir: yo me quedé sin el capitán (Matheu) por seis meses y sin un wing muy potente que tenía como alternativa (Gómez) también por seis meses. Ahora también se nos sumó Gracián y, sin embargo, salimos adelante”.

EL ARBITRO

A Pezzotta no lo ayudaron

Si bien el árbitro Sergio Pezzotta (5) no tuvo grandes errores y trato de llevar el partido lo mejor posible dentro de sus limitaciones, tuvo que convivir con los errores del línea Rodolfo Retta que en el primer tiempo le inhabilitó a River no menos de tres jugadas que podrían haber cambiado el ritmo del juego, dos muy claras a Funes Mori y otra a Ferrari. Lo mismo sucedió con Gustavo Lechner aunque en menor medida ya que le levantó la bandera a Silvera en el primer tiempo.

Favale apoyado en sus asistentes no tuvo velocidad de vista para advertir que se equivocaban. Dentro de sus obligaciones está corregir las sanciones de sus líneas, pero Favale estaba muy lejos de las jugadas y eso lo perjudicó. Luego trabajó bien y se manejó con corrección con las tarjetas. Quizá se equivocó con Ahumada en la primera tarjeta, por eso luego no quiso expulsarlo por una falta algo más fuerte.

En cuanto a las jugadas polémicas o en la zona caliente, pudo salir bien parado porque no las hubo. En cuanto a manejo del partido a veces lo desaceleró con su parsimonia para sancionar faltas o para mostrar tarjetas. Tal situación fue cortando el juego y lo hizo más lento en sus reanudaciones.

AL EQUIPO DEL TOLO AUN LE FALTA FUNCIONAR COMO TAL
El Rojo, un film que lidera por actuaciones destacadas

EL PIBE GONZALEZ LO DESPARRAMA A NICO SANCHEZ.

Independiente está puntero en esta película del Clausura y aunque muchos se preguntan los motivos, ya que en las últimas fechas la crítica lo trató mal porque no brilló, es favorito para quedarse con la estatuilla entre el abanico de posibilidades. Lo cierto es que el film made in Tolo Gallego se convirtió en una producción exitosa desde los números, basado en actuaciones protagónicas dignas de un Oscar. El Rojo puntea en soledad en lo que se refiere a la taquilla, aunque no consigue funcionar como un gran elenco donde cada uno sabe hasta dónde tiene que ir o cuando largar la pelota.

El Rojo puntea y no hay que restarle mérito. Para nada. Es que siempre hay que buscarle el pelo al huevo y no está mal que así sea porque de la mediocridad se sale analizando, reconociendo errores y ajustando las piezas. En defensa las cosas no están del todo bien, los cortocircuitos se suceden entre los centrales que extrañan a Carlos Matheu. Por el contrario los laterales van en alza.

El secreto del Rojo está en el medio, pero la verdad que es uno a voces. Porque cuando Walter Acevedo se maquilla y se mete en el personaje de conductor es el mejor cinco del fútbol argentino, pero cuando le bajan el telón antes de tiempo el equipo lo sufre. Claro ejemplo con River, hasta el momento en que asistió a Gandín fue uno y de allí en más fue el de siempre. Y dentro de ese secreto Ignacio Piatti es otro que pone la cara en los primeros planos para darle brillo a la escena y demostrar que cuando se juega al fútbol no hay táctica que te anule. Cuando Nacho se erige en galán, la pelota cae rendida a sus pies y sus marcadores son los archienemigos más ridiculizados. Ojo, en el medio también hay varios que tienen bolos… Para el final quedó la dupla de ataque. Uno querido, el otro resistido. Andrés Silvera es el héroe eterno, el que aparece cuando todo parece tener un final poco querido. Gandín es el antihéroe para varios Rojos pero en este papel la crítica destaca su actuación. Dijo DIARIO POPULAR “Independiente emociona, deleita y te deja pensando. Una fresca propuesta que amenaza con convertirse en film de culto”.

Entre festejos y vergüenza

EL PUEBLO ROJO DELIRA EN LA PUNTA.

El Rojo volvió a vestir su casa de alegría, pero en las calles se vivieron momentos de tensión

En el escenario principal, todo fue fiesta para Independiente. Ni siquiera el susto del final, cuando Piatti quedó tendido en el piso tomándose la rodilla a los gritos y asustando a Gallego opacó la caída del telón (un rato después, el doctor Peidró confirmó que sólo fue el golpe y que el volante está en perfecto estado).

El estadio vibró de emoción con el triunfo y con la punta y, aún con los reparos que le genera a la gente de Independiente el hecho de que su equipo aún no logre solidez ante rivales de poca reacción, todos se animaron a hablar de la vuelta que van a dar “de la mano del Tolo”.

Y es que Independiente está primero sin jugar del todo bien; la ecuación sencilla invita a entusiasmarse tras el siguiente razonamiento general: “cuando empecemos a jugar bien la cosa se simplificará”.

Todo potenciado con el hecho de que, los otros dos clásicos que le quedan al Rojo, ante San Lorenzo (14ª) y Boca (17ª), se jugarán en su nuevo templo, hasta el momento, inexpugnable. Claro que antes (el sábado a las 17) deberá vérselas con Chacarita en La Paternal.

Aplausos para los jugadores, burlas para los de River a los que, por primera vez en la historia, se lo asocia abruptamente con el peligro de descenso, emparetándolo con Racing, el rival de siempre.

Aplausos y reconocimiento para todos; porque no hubo un jugador que no se llevara una voz de felicitación. Los más mimados y los más cuestionados, todos se llevaron el premio del público que, en su veredicto, reconoció actitud y compromiso con la idea del entrenador.

Pero no todo fue fiesta en el entorno del clásico. Una hora y monedas antes del comienzo del partido, un grupo de hinchas de Independiente agredió a unos 50 simpatizantes de River, a quienes interceptaron en las inmediaciones del estadio del equipo rojo, tras lo cual destrozaron varios locales de la zona.

Según se informó, los disturbios se generaron en el cruce de la avenida Belgrano y la calle Alsina cuando los fanáticos del club Millonario se dirigían hacia el estadio Libertadores de América para ver a su equipo.

Allí fueron interceptados por hinchas de Independiente que les arrojaron piedrazos y botellazos, tras lo cual hubo un importante enfrentamiento entre las bandas que además destrozaron varios locales de la zona y rompieron los cristales de varios automóviles que se encontraban estacionados.

En un principio, en el lugar donde se desencadenaron los hechos no había presencia policial, la que sí apareció cuando ya los incidentes estaban largamente iniciados. Luego de varios minutos y no sin algunos balazos de goma de por medio, los violentos se dispersaron.

Fuente: Diario Popular

INDEPENDIENTE 2 - RIVER 0
Tiene todo para seguir soñando
Independiente venció 2-0 a River y llegó a la cima; con un juego equilibrado y solidario, se ilusiona con ganar el título después de ocho años.

Por Sebastián Torok
De la Redacción de LA NACION

Los hinchas de Independiente, esos mismos que abarrotaron el flamante -pero aun sin terminar de construir- estadio Libertadores de América y se marcharon de Avellaneda eufóricos, cantando que “de la mano del Tolo la vuelta” van a dar, saben que no lo gritan meramente por fanatismo, por defensa de los colores. Sucede que este equipo, que frustró a un rival históricamente espinoso, como River, al vencerlo 2-0 y alcanzar el liderazgo del campeonato, luce confiable, de punta a punta, desde el arco hasta las piezas ofensivas. Independiente no es campeón desde fines de 2002 y aquella vez, también era Gallego el mentor; todo ello conforma un cúmulo de matices positivos difíciles de obviar. Por eso Independiente se ilusiona con la gloria. Por eso, pese a que restan varias fechas para el final, la esperanza está latente.

Los Rojos ostentan diversas virtudes que los distinguen del resto. No arrancaron inspirados, tampoco ordenados. Sin embargo, se recuperan cuando menos se sospecha. Porque ayer el equipo millonario, sin sobrarle nada, tuvo tramos interesantes, especialmente cuando el movedizo Mauro Díaz aceleraba desde la posición de enganche. Pero el juvenil jamás logró compañía confiable. Sólo Abelairas, con un puñado de avances por el sector izquierdo, intentó arrimarse al área muy bien custodiada por la última línea de Independiente y por el seguro arquero Gabbarini.

El conjunto local, pese a los primeros momentos de incertidumbre e imprecisión, se calmó, Piatti [su elegancia es una invitación para los aplausos] y Busse comenzaron a entrar más en juego y las acciones cambiaron de mando. Más allá de las intenciones, el juego era realmente chato, hasta que a los 38 minutos, Acevedo tuvo un instante mágico, le hizo un pase bochinesco a Gandín para dejar en ridículo a los aletargados zagueros centrales millonarios, y el capitán, sin ponerse nervioso, fusiló de derecha al pobre de Vega. Primera explosión en la Garganta del Diablo.

El juego creció en emotividad. No sólo porque Gabbarini le tapó un mano a mano al errático Canales, sino porque a partir de la ventaja, Independiente manejó la pelota cerca del área rival, con todos los peligros que ello significaba.

Los cimientos de River son tan endebles que ante la primera ventisca todo se derrumba. Sus días son alarmantes, no puede abandonar la apatía, más allá de que venía de conseguir un trascendente envión anímico [victoria 1-0 frente a San Lorenzo, en el Monumental]. Para colmo, sus delanteros se mostraron indefensos y cayeron constantemente en fuera de juego. Fue prácticamente una utopía observar cuatro o cinco pases consecutivos entre los futbolistas de River. Además, sin el sancionado Almeyda patrullando el medio campo y con Ahumada sin la fiereza de un N° 5, el equipo conducido por el cuestionado Astrada perdió quite. Esos huecos fueron aprovechados por los atentos rivales.

Independiente no llegó a florearse, a exhibir un rendimiento avasallante, es cierto, pero le puso un moño a su excelente triunfo, como para que la noche fuera exquisita. Fue a los 15 minutos, en una acción que culminó con una definición de derecha de Silvera, pero que arrancó con un avance por la derecha de Busse y prosiguió con una pared entre ese mediocampista y Piatti, el creador de la mayoría de los ataques rojos.

En River ingresó Gallardo por Mauro Díaz, que terminó entre penumbras. Sin embargo, el Muñeco se mostró fuera de ritmo y en la misma sintonía de sus compañeros. Para colmo, Abelairas, en una situación increíble, trastabilló debajo del arco de Independiente y no pudo definir con Gabbarini vencido.

El mal ánimo de los jugadores visitantes comenzó a ser evidente. Además de algunas discusiones entre ellos, hasta abusaron del juego brusco [Pereyra debió ser expulsado por una patada a Piatti]. Independiente siguió predispuesto y concentrado en su objetivo [Silvera corrió retrocediendo 25 metros para quitarle una pelota a Ferrari]. Ese objetivo que es el título y que, después de muchos años, se ilusiona con lograr. Cualidades, le sobran…

UNA MAGNIFICA RACHA EN LOS CLASICOS

Independiente ostenta la marca de haber ganado los últimos seis clásicos por campeonatos locales: 2-1 vs. Racing, 3-1 vs. River, 3-0 vs. San Lorenzo y 2-1 vs. Boca [todos por el Apertura pasado]; 1-0 vs. Racing y 2-0 vs. River [del actual Clausura].

LO POSITIVO
El arco invicto, una marca que se repitió en el torneo
La seguridad del guardavalla de Independiente, Adrián Gabbarini, se traduce en la siguiente marca: de las ocho fechas disputadas del torneo Clausura, los Rojos no recibieron goles en cinco oportunidades, 2-0 vs. River, 1-0 vs. Tigre, 1-0 vs. Racing, 0-0 vs. Godoy Cruz y 0-0 vs. Newell?s. Solamente le anotaron seis goles.

EL DATO
Silvera, Gandín y Piatti, el tridente goleador
Independiente tiene diez goles a favor en el campeonato y todos fueron anotados por tres de sus mejores hombres: Andrés Silvera (6, es el máximo artillero junto con Palermo), Darío Gandín (3) e Ignacio Piatti (1).


Un festejo ante River que se hizo esperar

Acabó con un estigma de más de 11 años

Independiente suma motivos para su felicidad por haber vuelto a ser local en su estadio, el rebautizado Libertadores de América. En esta temporada 2009/10 acabó con la paternidad que ejercía River, tanto en el Monumental como en Avellaneda. Y en ambos casos, con Américo Gallego en la dirección técnica y con un par de goleadores que se repiten: Darío Gandín y Andrés Silvera.

Anoche, Independiente volvió a vencer a River de local después de 11 años, cinco meses y 13 días. No festejaba en el escenario de Alsina y Ricardo Bochini desde el 20 de septiembre de 1998, cuando por el Apertura se impuso 2 a 1, con goles de Garnero y Christian Gómez. Desde entonces, ante River, había empatado siete cotejos y perdido tres (del total, tres encuentros fueron en Racing, mientras los Rojos refaccionaban su estadio). En octubre, por el Apertura 09, Independiente, con un 3 a 1, había acabado con el maleficio de 13 años sin éxitos en el Monumental.

“Estamos para pelear el título; la palabra campeón es muy pesada”

El éxito no le impidió al DT Gallego mostrar cautela; “Todos queremos un final feliz, pero faltan 12 fechas”, agregó

Por Alberto Cantore
De la Redacción de LA NACION

El imprevisto cambio de escenario de la conferencia de prensa no le modificó el humor. Entonces, hay que darle crédito al Tolo Gallego, que desde hace un tiempo manifiesta que cambió su actitud, que no se deja llevar por su fuerte temperamento, que elige los momentos para sacar a relucir los dotes de motivador. Y la victoria frente a River, que catapultó a Independiente a la cima de la tabla de posiciones, no le desacomodó el discurso. Fiel a su estilo, apareció con una amplia sonrisa dibujada en su rostro, pero fue cauto con las palabras. Optó por transmitir un mensaje esperanzador, aunque no triunfalista. “Estamos para pelear el título, la palabra campeón es muy pesada. Todos queremos tener un final feliz, pero faltan 12 fechas (N. de la R.: en realidad, faltan 11). Voy a cambiar el piano piano por el paso a paso”, dijo el DT que le quitó presión a sus dirigidos, que después de terminar en el tercer puesto en el Apertura pasado ahora cargan con el peso de mejorar la campaña. Traducido en números, significa ser candidatos.

Y fue un poco más allá para elevar la estima del plantel, porque arrancó la charla elogiando la disposición y la entrega. “Quiero felicitar a los muchachos. Veníamos jugando 35 minutos buenos, pero hoy jugamos bien todo el partido. No nos ganó la ansiedad, porque sabíamos que ganando quedábamos primeros. El segundo tiempo fue muy bueno, manejamos la pelota y explotamos el sector izquierdo que era por donde teníamos que lastimar. Yo se los explique en el entretiempo, y miren por dónde se desarrolló la jugada del gol de Silvera”, lanzó, con un sonrisa pícara. Y agregó: “La defensa estuvo muy sólida, el arquero respondió como lo hacen los arqueros que tienen los equipos que quieren pelear por el campeonato; Piatti es un jugador de selección; Fredes lo anuló a Ferrari; Gandín no jugó un gran partido, venía un poco bajoneado porque erró un penal el partido pasado, pero se hizo presente en la red; Vittor lo encimó a Gallardo y no lo dejó participar…”, destacó.

Con un sistema táctico que le dio resultados en su ciclo anterior (4-3-2-1), el Tolo alimenta la propuesta, aunque también mostró que no se sonroja si le debe pedir a los jugadores que aquieten el ritmo, que sean especulativos. “Cuando nos pusimos 2-0 hice lo mismo que me hacen los rivales cuando me van ganando: se cuidan. Por eso, ahora es pan, cebolla y chau. Nosotros damos ventajas, y si antes no lo dije es porque me iban a decir que me quejo por todo, pero nosotros perdimos por lesiones por seis meses al capitán [Carlos Matheu] y al Pelado [Martín] Gómez, que es el único wing que tengo”, sentenció.

El Tolo Gallego se despidió exultante por el resultado y porque el equipo entendió su mensaje. Caminó con soltura, aunque no pierde de vista que para lograr el objetivo deberá refrendar con Chacarita lo que consiguió frente a River.

La ilusión de los hinchas se agranda

En una parte de Avellaneda ya hablan de campeonato

“¡Que de la mano del Tolo la vuelta vamos a dar..!”, fue apenas uno de los tantos cantos que bajaron de la tribuna de Independiente, luego del gol de Andrés Silvera, el segundo de Independiente. La fiesta ya estaba en marcha. Ese tanto detonó el resto.

Las banderas flameaban al compás de la oscilación del remozado estadio Libertadores de América. Los globos repartidos mientras los hinchas del Rojo ingresaban a la cancha. Los papelitos que arrojaba una máquina, en forma sincronizada. Rojos, todos rojos. Todo el cotillón posible preparado para la ocasión no falló y la victoria se festejó. Y mucho.

Exultantes, felices, hinchados de júbilo. En fin, satisfechos por el triunfo que puso a su equipo, al equipo del Tolo Gallego, en lo más alto de la tabla de posiciones del torneo Clausura. Es que la producción da para pensar en grande. Al menos por un rato, no quieren despertar. En menos de una semana dejaron en el camino a Racing, el eterno rival del barrio, a quien también dedicaron buena parte de su repertorio. A mitad de semana vencieron a Tigre y ayer, a River. Dos clásicos en siete días que dan para soñar.

El abrazo de los jugadores, una vez que Sergio Pezzotta decretó el final del encuentro se coló en las tribunas y ellos, los hinchas genuinos, los verdaderos, lo hicieron suyo. No querían irse. Querían permanecer ahí unas cuantas horas más.

La salida, por la calle Alsina, dejó traslucir el optimismo y la ilusión. “Estamos bien”, se escuchó. “Estamos ganando los partidos que antes perdíamos”, dijo otro simpatizante sonriente, atiborrado de prendas rojas. La desconcentración se hizo lenta. Esta vez, la espera no les importó porque querían demostrarles a los jugadores la enorme alegría que los desbordaba. Muchos, cientos, esperaron alrededor del ómnibus, que traslada al conjunto de Gallego, para saludarlos y hacerles sentir su cariño. Mientras, cantaban. Otros se abrazaban.

Iban y venían. Estaban ebrios de felicidad. Total, ya iban a tener tiempo para descansar.

Exequiel Meza

En los alrededores del estadio

Una jornada con varios incidentes

Antes de que comenzara el partido entre Independiente y River se registraron distintos incidentes entre las dos hinchadas. Uno de esos hechos ocurrió en el cruce de la calle Alsina y la avenida Belgrano, cuando hinchas del club local se cruzaron con un grupo de unos 50 simpatizantes millonarios, lo que derivó en agresiones con piedrazos y botellazos, además de ocasionar destrozos en varios negocios de esa zona de Avellaneda.

Aunque en ese momento no hubo presencia policial para dispersar a los violentos, el Coprosede informó que, más tarde, durante la disputa del primer tiempo del partido, la policía se enfrentó con dos personas que se encontraban rompiendo autos y vidrieras en el mismo lugar, a quienes finalmente detuvo. El organismo provincial calificó al hecho como “ajeno a la operatividad del encuentro deportivo”.

Durante el arribo de los hinchas al estadio también se produjeron cruces e incidentes en la estación de trenes de Avellaneda.

Fuente: La Nación

INDEPENDIENTE 2 - RIVER 0
Dos para ganar

Independiente llegó a la cima con una fórmula esencial. El Chipi Gandín y el Cuqui Silvera, los socios del gol, cimentaron el triunfo frente a River.

Para convertirse en puntero exclusivo del campeonato y para disfrutar una media docena de victorias consecutivas en clásicos, para gozar como lo hace hoy Independiente, es vital contar con futbolistas como Darío Gandín y como Andrés Silvera. Es que ellos respetan a rajatabla la ley básica de los especialistas del gol: una oportunidad y a festejar. Nada de perdonar. Así son el Chipi y el Cuqui. Dos para ganar. Y si enfrente está River, mejor.

Por algo Gandín pegó 6 gritos en 10 partidos ante River. Le hizo goles jugando para Rafaela, Colón y Gimnasia de Jujuy. No podía fallar anoche. Por algo Silvera acumula 5 festejos contra la banda roja en diagonal, los últimos 3 consecutivos. Lo de ayer, entonces, no extraña: 2 a 0 con un gol de cada uno. Más lógico, imposible.

Claro que entre Gandín y Silvera hay una diferencia. Uno busca enamorar a los hinchas. El otro saborea una relación encantadora con todos esos locos de rojo que ahora se jactan de ser punteros únicos.

Gandín, se sabe, no es de los más queridos por los hinchas de Independiente, aunque se trate del capitán, aunque sea el máximo goleador del equipo en esta temporada 2009/2010 con 13, aunque haya convertido 6 goles en esta racha de 6 clásicos con 6 triunfos: le hizo 2 a Racing, 1 a River y 1 a San Lorenzo en el torneo pasado; también a Racing y a River les anotó en este campeonato. A pesar de todo lo bueno, no hay caso. No hay feeling. Por eso en el arranque, cuando el Chipi entraba muy poco en juego y lo hacía solamente con imprecisiones, surgían los murmullos. Por eso en el 1 a 0, cuando aprovechó el pase de Acevedo y definió en el mano a mano ante Vega, se desahogó Gandín celebrando con el Topo Gigio y poniéndose un dedo índice cruzando la boca que le indicaba a sus hinchas que hacieran silencio, que parasen con los murmullos.

Lo de Silvera es mucho más relajado. Los hinchas lo adoran. Es el más querido de todos. Por si hacía falta alguna prueba más, cuando corrió cincuenta metros y se la robó a Ferrari, la multitud lo festejó como si se tratara de un gol del Cuqui. Ni hablar cuando Silvera acabó con la incertidumbre del resultado y convirtió el 2 a 0 sin oposición con un toque a la red, tras una asistencia de Busse.

Vive Independiente días placenteros. Está muy claro. Y partidos así, como el de este domingo ante River, también son claves para encarrilar una relación como la de Gandín y los hinchas, o para fortalecer aún más un vínculo de amor pleno como el de Silvera y la gente de Independiente.

Cuando fue reemplazado por Leonel Núñez a los 26 del segundo tiempo, el Chipi fue ovacionado. En un rato había viajado de la desconfianza al reconocimiento. Unos minutos más tarde, salió Silvera y explotó el Libertadores de América.

Si Independiente pudo volver a vencer a River como local, algo que no ocurría desde el 20 de setiembre de 1998, es porque cuenta con Gandín y con Silvera. Dos que saben festejar. Dos para ganar.

Por: Fernando Gourovich

Números

EL NUMERO (I)
48
Goles. Suma Darío Gandín en Primera División. Es el máximo goleador de Independiente en esta temporada: hizo 13 (10 en el Apertura y 3 en el Clausura).

EL NUMERO (II)
96
Goles. Lleva anotados Andrés Silvera en Primera División. Es el máximo goleador del torneo, con 6, junto a Palermo. En toda la temporada ya convirtió 10.

Entre ráfagas y jerarquía

Gol de Gandín

Se fue ganando el primer tiempo sin merecerlo. Después, Independiente justificó la victoria y la punta.

Por: Eduardo Castiglione

Dos tremendas jugadas de ataque le solucionaron en una hora a Independiente las debilidades que no había podido disimular en el juego.

Por un magistral pase de Acevedo que Gandín definió junto a un palo para reducir a la nada el último intento de Vega, el flamante puntero del Clausura puso 1-0 aquel primer tiempo que River había jugado mejor.

Con una pared construida pie a pie por Busse-Piatti-Busse, digna de aquellos equipos del Rojo en las épocas de oro, que Silvera resolvió con no más que un toque (como Dios manda), el equipo de Gallego resolvió la cuestión de un clásico cuando apenas se había consumido el primer cuarto de hora de la segunda mitad.

Antes de esos trazos finos, sensibles también, que transportaron a Independiente hacia la cima de las posiciones, hubo un primer tiempo en el que River no solamente jugó mejor sino que constituyó a Gabbarini en el mejor protagonista de Avellaneda.

La diferencia más clara la hacía River en la zona del mediocampo. Con la recuperación de Ahumada, más la partida por derecha de la pareja Ferrari-Rojas y algún toque profundo de Mauro Díaz, el juego se fue volcando poco a poco hacia el área local. Así, Gabbarini bloqueó un disparo de Abelairas, quien eligió el tiro directo cuando Funes Mori estaba llegando vacío para empujarla como sucede en el futsal. Y sobre el cierre del primer tiempo, otra vez el arquero achicó a lo grande ante la llegada de Canales.

En medio de eso, sin que Vega tuviese que intervenir en alguna jugada de riesgo, con casi todo Independiente jugando un fútbol mínimo con protagonistas que parecían tener los pies redondos, cayó como desde el cielo la asistencia de Acevedo para la conversión de Gandín.

Para los 45 minutos finales entró a escena otro Independiente. Un Independiente que terminó ganando el duelo de modo irreprochable. Ese Independiente, en definitiva, que merece estar donde está. Con las partidas de Vella y de Mareque por los costados, más Silvera entrando y saliendo de la zona creativa, donde crecieron marcadamente Piatti y Busse, y con la pimienta de Gandín para jugar generalmente bien los cruces ante los grandes .

Como para ratificar que el fútbol son momentos y que a los buenos equipos generalmente les alcanza con algunas ráfagas, cuando Independiente estaba demostrando cuánto es hoy más que River, se produjo ese estallido de fútbol para Silvera y el 2-0.

Todo lo que vino después estuvo de más. Gallego transformó el 4-3-1-2 inicial en un 4-4-2 rabioso, juntando en la segunda línea de cuatro a Piatti, Vittor, Acevedo y Fredes como para terminar la noche en paz. Astrada mandó a la cancha a Gallardo, pero a esta versión del Muñeco no le da el cuero para enderezar tanta curva y contracurva. Igual que el Keko Villalva, quien entró cuando lo de River ya no tenía solución.

La punta del Clausura cambió de manos y ahora la tiene Independiente. Por ahora le alcanza con ratitos de juego asociado y trazos de jerarquía individual.

La clave

Individualidades trascendentes. Cuando River tuvo el desarrollo a su favor, no supo ni pudo ponerse arriba en el resultado. Pero cuando llegó el turno de Independiente, el puntero hizo lo necesario para ganar el clásíco sin dar lugar a la mínima discusión.

River y un estigma que lo ata

Independiente River

Su anemia ofensiva crece fecha a fecha. Y no se ve solución a la vista. Hizo sólo 6 goles en 8 encuentros.

Por: Julio Chiappetta

Casi no sale el gol para River, que parece tener un eclipse frente al arco rival. Porque a medida que se acerca al área de enfrente, sus atacantes oscurecen. Entonces, se entiende que pierda cuando no lo merece, como sucedió en el primer tiempo, al margen de la justificada victoria de Independiente en el complemento. Ni Funes Mori, ni Villalva, ni Canales. Los delanteros andan con la pólvora mojada y esta situación se traduce en un equipo anémico en el rubro ofensivo. Los números lo demuestran: es la primera vez, desde que se juegan los torneos cortos, que marca sólo seis goles en las primeras ocho fechas. Además, es uno de los tres peores inicios de campeonato en la era profesional si de efectividad se habla. Desde la temporada 89-90 que no se vivía algo así. Aunque, entonces, aquel equipo de Reinaldo Merlo tenía una diferencia a su favor: si bien había pegado la misma cantidad de gritos, había ganado 4, empatado 2 y perdido 2. Posteriormente, con Daniel Passarella en el banco, fue campeón. Nada parece vislumbrar un final parecido ahora.

El gol de Affranchino a San Lorenzo encendió la ilusión. Y el buen nivel colectivo que River mostró en el primer tiempo ante su rival rojo, también. Sin embargo, las jugadas que se gestaron en ataque terminaron desperdiciadas por la floja puntería de sus delanteros y las manos de Gabbarini.

Tuvo varias Funes Mori, ese pibe que sorprendió en el verano. Aunque, evidentemente, lo suyo fue un romance estival. Anoche, en el estadio Libertadores de América, perdió dos chances claras, además del gol que el árbitro Sergio Pezzotta, a instancias de su asistente, Roberto Reta, le anuló con total justicia. Y a Gustavo Canales, en el epílogo del primer tiempo, Gabbarini le ahogó el grito sagrado.

Lo cierto es que los volantes tampoco definen. Sin ir más lejos, el paraguayo Rodrigo Rojas tuvo dos situaciones. A los 4 minutos, tras un pase bárbaro de Mauro Díaz, resolvió cruzado y lejos. Y un rato más tarde, un zurdazo del mediocampista guaraní terminó en los guantes de Gabbarini.

También Matías Abelairas tuvo su oportunidad en el primer tiempo. Pero otra vez el número uno mendocino mostró todos sus reflejos para dominar la pelota. Y en el rebote, Canales no tuvo la suerte de poder embocarla.

¿Toda la responsabilidad es de los delanteros? Está claro que no. ¿Y de los volantes? Quizá necesite una mayor circulación y la recuperación definitiva de Marcelo Gallardo, quien ya no está para jugar tres partidos por semana.

Leonardo Astrada sabe que el problema está arriba. El propio entrenador lo manifestó en el vestuario, tras el partido. “Las diferencias estuvieron en las áreas. En el primer tiempo, River fue superior pero Independiente lo definió”, se lamentó. Y fue más explícito: “No sabemos aprovechar los momentos favorables y no estamos finos para definirlo. Planteamos bien el partido, los jugadores presionaron bien, pero fallamos en la definición. En el segundo tiempo, incluso, cuando Independiente se puso 2-0, al minuto tuvimos una para descontarlo y ni esa pudimos hacer”. La dura realidad, al fin de cuentas, de este River poco eficaz.

EL NUMERO (I)
0,75
De promedio de gol. Es el que tiene River en el torneo. HIzo apenas 6 en las primeras 8 fechas.

Gallego se animó: “Volví al club para ser campeón”

Repartió elogios. Y dijo que es lógico que la gente se ilusione.

Era un partido especial para Américo Gallego. Porque enfrente estaba una camiseta que lo marcó, la de River, con protagonistas con los cuales mantiene una gran relación, como Leonardo Astrada y Hernán Díaz, con quienes se saludó afectuosamente antes de que la pelota empezara a rodar. También no era un domingo más porque ya sabía que Godoy Cruz había perdido en Rosario. Y porque ese resultado le avisaba que podía ser el técnico del único puntero si su Independiente ganaba. Era una prueba ideal para ratificarse como gran candidato. Y al final terminó siendo un domingo redondo para el Tolo.

Mucho más tranquilo que en la cancha, a la hora de hablar, Gallego dijo: “Era una presión extra jugar con los resultados puestos. Era difícil. Pero estoy contento porque los jugadores me respondieron”.

Siguió: “Les dije a los jugadores que debíamos tener más volumen de juego. No puede ser que a veces no podamos dar cinco pases seguidos. Si nosotros, con los jugadores que tenemos, no podemos dar cinco pases, ¿quién va a poder?”.

Hubo un Tolo que repartió elogios: “Gabbarini atajó como para pelear el título. La defensa estuvo sólida. Busse me hizo caso y se mandó por la derecha, por donde vino el segundo gol, je. Piatti es jugador de Selección. Gandín no anduvo bien, pero acá siempre la mete. Por eso lo tenía que bancar. Y de Silvera qué voy a decir”.

Justificó la racha en clásicos: “Los grandes nos juegan de otra manera. Chacarita, que es ofensivo, va a salir así. Y eso nos viene bien”. Gallego aceptó: “Me duele el momento de River, pero mi compadre lo va a sacar a flote”.

En el cierre, el Tolo se animó: “Volví a Independiente para salir campeón”. Enseguida frenó: “Es pesada la palabra, pero la gente se ilusiona. Y está bien que sueñe”.

La bronca de Astrada

Disparó contra Pezzotta y el línea Reta.

Había mucha bronca en River. Por los goles que no pudieron marcar y por el arbitraje de Sergio Pezzotta. Aunque todos buscaron en uno de sus asistentes, Roberto Reta, al chivo expiatorio. El propio técnico Leonardo Astrada disparó en el vestuario visitante: “Queremos que los árbitros estén más atentos, no que nos favorezcan”.

Astrada se quejó, puntualmente, de un gol anulado a Funes Mori. En televisión se observó que hubo posición adelantada del delantero. De todos modos, el técnico cargó las tintas sobre el referí. “Las de los árbitros son decisiones que influyen. Al juez de línea Reta le dije que mirara el partido de nuevo, se rectificara y lo admitiera publicamente”, apuntó el técnico. Y fue más allá: “Hubo tres offsides y un penal de (Leonel) Galeano a Funes Mori. Son errores que estamos pagando caro. No es la primera vez que pasa. Ya sucedió el otro día, cuando no le cobraron el penal a Villalva contra San Lorenzo. Y pasó también en Santa Fe, contra Colón, con otro penal que no le cobraron a Ferrari”.

A propósito, Paulo Ferrari fue uno de los más exaltados en el entretiempo. El lateral derecho lo encaró a Reta y le dijo de todo. Pero la situación no quedó ahí. Durante el segundo tiempo, con Independiente ganando 2 a 0, el que insultó al colaborador de Pezzotta fue el profesor Facundo Pérez. Inmediatamente, alertado por el propio Reta, el juez resolvió echar al preparador físico.

River está impotente. Y los árbitros le suman más bronca.

Un duro choque entre los barras de los dos clubes

Se produjo en la estación de Avellaneda, antes del clásico.

Antes del partido se produjo un duro cruce entre hinchas de Independiente y de River. El escenario de la batalla fue la estación de Avellaneda, donde los barras rojos chocaron contra los visitantes, quienes en ese momento bajaron del ferrocarril General Roca. Volaron piedrazos y botellazos, y fue nula la intervención policial. Después, ya con la intervención de los agentes, los incidentes se disiparon. Por estos disturbios no hubo heridos. Tampoco, detenidos.

Rubén Pérez, titular del Coprosede, desconocía estos incidentes, capturados por la lente de los fotógrafos de Clarín. Sí, en cambio, el inspector le confirmó a este diario que hubo tres detenidos. En la esquina de la avenida Belgrano y la calle Alsina, donde circularon los primeros rumores de los incidentes, los delincuentes fueron sorprendidos mientras robaban los automóviles estacionados. “Destrozaron los vidrios de varios”, informó Pérez en diálogo con Clarín. Y aseguró que uno de ellos, además, fue derivado al hospital “por resistencia, lesiones y daño a la autoridad”.

Más tarde, para aclarar la situación, el CoProSeDe emitió un comunicado de prensa con la versión oficial del hecho registrado en la intersección de Belgrano y Alsina, a metros del estadio Libertadores de América. Pero nadie reconoció los disturbios producidos media hora antes del triunfo de Independiente ante River.

De punta en Avellaneda

Banderas ausentes

Se calculaba que podrían regresar a la tribuna de Independiente esas banderas tan especiales que vinculaban al Mundial 2010 con el Gobierno y, en especial, con el kirchnerismo (la más llamativa con pingüinos…). Pero los trapos no aparecieron. Se rumoreó ayer que en los próximos partidos sí reaparecerán, pero serán en contra del Gobierno, que seguiría sin aportar fondos para el Mundial.

Vuelve Mancuello

Ahora Independiente piensa en el sábado a las 17. Es que ese día y a esa hora se medirá con Chacarita, en la cancha de Argentinos. Ahí retornará Federico Mancuello, quien faltó en los últimos tres encuentros por un problema muscular. ¿Américo Gallego lo pondrá de titular o irá al banco? Por otro lado, se espera la evolución de Leandro Gracián, quien ayer no fue ni al banco por un contractura.

Miradas alemanas

Aunque falta más de medio campeonato para el cierre del torneo Clausura, en el estadio Libertadores de América hubo emisarios de un club alemán observando muy atentamente a Juan Manuel Díaz, el marcador lateral uruguayo que juega en River desde hace apenas un mes y medio. El defensor zurdo arribó al club de Núñez proveniente de Estudiantes de La Plata y en la nochecita de Avellaneda no pudo redondear un partido convincente.

Patadón final

El pibe Roberto Pereyra le pegó un patadón a Ignacio Piatti, quien quedó en el piso más que dolorido. Ocurrió justo a espaldas de Sergio Pezzotta y cuando el árbitro indicaba el final del partido. El chico se salvó de la tarjeta porque el juez obviamente no lo vio. Y Piatti fue atendido por el médico Walter Capote y hasta por un asustado Américo Gallego, mientras todo Independiente seguía festejando la victoria.

Fuente: Clarín

INDEPENDIENTE 2 - RIVER 0
Alfombra roja
QUEDO COMO UNICO PUNTERO

Independiente escribe el guión de su película en el Clausura y le prepara un final feliz. Con Silvera y Gandín como protagonistas estelares, el equipo del Tolo Gallego le ganó 2-0 a River y se anima a soñar en grande.

Va rodando su propia película, ésa que miles de guionistas de alma roja sueñan con final feliz.

La historia de Independiente en el Clausura tuvo y tiene de todo.

Conoce de acción y de suspenso, contó con su dosis de drama pero se sostiene en un romance: el de Silvera y Gandín con el gol.

Por ellos, y porque un director como Gallego tiene experiencia en eso de armar las escenas para que el producto final sea un éxito, es que el Rojo ahora disfruta de la soledad de la punta.

Sí, el premio es para el equipo del Tolo, que no precisa de una función estelar. Le alcanza con su cuota de efectividad arriba y solidez atrás, justo lo que se le reclamaba antes de coronar su tercer triunfo al hilo sin sufrir goles en contra. No parece poco en este contexto de torneo como para alimentar la ilusión.

¿Cómo se siente mirar a todos desde arriba, Rojo? Seguro que se saborea más sabiéndose el único de los grandes con ambiciones al trono y después de ganar un nuevo clásico, el segundo en dos semanas.

Y eso que tenía el incentivopresión de jugar con el resultado de Godoy Cruz, consciente de que una victoria lo haría inalcanzable en la punta. De entrada, nomás, pareció pesarle la responsabilidad al local, que tomó la iniciativa pero de a poco se fue entibiando.

Por el contrario, fue River, el más necesitado, el que sorprendió y empezó a llevar peligro hasta comenzar a convertir en figura al seguro Gabbarini.

Era más el equipo de Astrada, pero Independiente, en su haber, cuenta con una gran dosis de oportunismo. Lo entendió Acevedo, que leyó mejor que nadie cómo había que entrarle a esa defensa y, con un pase perfecto dejó solo al capitán mano a mano con Vega, para poner el 1-0.

A esa altura poco importaba la justicia del resultado. Menos, aún, para la gente que enloquecía en el Libertadores de América. Después sí, ya con la tranquilidad, el Rojo jugó su mejor juego en el segundo tiempo. Se asociaron Piatti y Busse por el sector derecho llegó el segundo gol: pared entre los volantes, centro atrás y definición sutil del Cuqui. Y a otra cosa.

River, a retomar el camino de la decepción. Independiente, en cambio, a disfrutar de la punta y alimentar la ilusión de que el final de esta película lo encuentre disfrutando el premio mayor, triunfal sobre la alfombra roja.

Tarde de furia en pleno Avellaneda

La previa del clásico sumó un nuevo capítulo de incidentes entre hinchas de Independiente y River. Aunque esta vez no hubo que lamentar heridos ni estuvieron involucradas las barras de ambos equipos, lo cierto es que un grupo de simpatizantes locales interceptó a 50 de River en el cruce entre Belgrano y Alsina, y se generó un importante enfrentamiento. Las personas que pasaban tranquilamente por la zona, pleno centro de Avellaneda, vieron cómo los violentos intercambiaban botellazos y piedrazos de un lado a otro. Lo curioso del hecho es que no hubo presencia policial, y los hinchas rompieron muchos locales que se encontraban en el camino. Finalmente, los disturbios se dispersaron con el correr de los minutos y todo quedó controlado. Y, por supuesto, no hubo ningún detenido.

Fuente: La Razón

INDEPENDIENTE 2 - RIVER 0
De punta en RojoAsí contestó Gandín a los murmullos: ¡griten ahora!

Independiente es puntero porque tiene una idea clara, un técnico pillo y jugadores que le responden. River desnudó una vez más su alarmante falta de jerarquía.

Independiente es puntero porque una victoria llama a otra victoria, porque en el fútbol argentino te alcanza con ganar tres partidos seguidos (y más todavía si son en una semana), porque tiene un plan definido, porque su técnico entiende de exprimir jugadores y ponerlos donde más rinden, porque esos jugadores que le dan forma a la columna vertebral aparecieron cuando el equipo los necesitó y porque ya se hizo un verdadero experto en clásicos.

River es lo que es. Varias voluntades desparejas con llagas al rojo vivo por la falta de jerarquía. Es público y notorio que falla en las dos áreas y ahí está la contundente explicación para entender cómo perdió el primer tiempo después de jugar los mejores 45 minutos en la era Astrada. Y ahí también surge el primer error concreto del Passarella presidente: se equivocó en no traer un zaguero y un 9 más. O en no traer un zaguero y un 9 que tuvieran más calidad que ganas.

Es un gran triunfo de Independiente porque sacó agua de las piedras en un inicio que pareció la continuidad del partido con Tigre. Fue previsible y monótono. Lo bancó Gabbarini, como todo arquero debe bancar a un aspirante al título en momentos complicados. Lo sostuvo Galeano, otro jovencito que defiende a lo grande. Los contuvo el cerebro Acevedo, un Gallego para raspar y un Xavi para asistir a Gandín en ese gol de la nada, ese 1-0 que dio vuelta el partido. Lo salvó, por encima de todo, una estructura e idea ya definidas.

Es una vuelta de tuerca más en esa montaña rusa en la que está metido River. Astrada acertó con el planteo, maniató a Independiente y su equipo se sintió a sus anchas en la cancha. Claro que en una cancha imaginaria que no contempla los arcos. O los contempla para mirarse en el espejo y ponerse a llorar. Quedó enganchado Juan Manuel Díaz, no cubrieron bien la zona Ferrero y Sánchez y un gol abajo. No la metieron Abelairas, Canales y Funes Mori. Padeció un secuencial despilfarro del últmo pase. Astrada prueba y cambia, y esa montaña hoy es rusa y mañana puede ser iraquí.

De compromisos también se hacen los que quieren ser campeones. Silvera fue ayer la bandera del compromiso de Independiente. Levantó a la gente con su gol tanto como con esa corrida para tirarse al piso y extirparle una pelota a Ferrari. La contracara fue Mauro Díaz: el talentoso chiquitín tenía una gran chance, pero la dejó escapar como se te escapa el agua de las manos. Y lo peor es que jamás se rebeló ante la adversidad.

De punta en rojo está el Clausura por un Independiente serio, con confianza, que tiene un técnico pillo y varios jugadores con el objetivo de ser campeones.

River está en otra. Y para no manchar aún más su rica historia, debe entender que ya está peleando para evitar ese descenso tan temido.


MARTIN EULA

Pasaron más de 20 años

Independiente no le ganaba los dos partidos a River en la misma temporada desde la 88/89. Aquella vez fue 2-1 (Ludueña y Alfaro Moreno; Passarella) en el Monumental y 1-0 (Reggiardo) en Avellaneda. El Rojo, que al final salió campeón, era dirigido por Jorge Solari; y en el banco del Millonario estaba César Luis Menotti.

Arquero para ir al frente
GABBA RESOLVIÓ BIEN.

Hasta en los errores Adrián Gabbarini muestra solidez. "No sé para qué me apuré. La pelota estaba mojada, el partido ya definido...", reflexionó tras el blooper ante Vélez, cuando se resbaló, le entregó el balón a Silva y vio, gateando, cómo el uruguayo metía el 3-0 para el Fortín. La solidez mental que tuvo el arquero para poner aquél error en el punto justo (admitirlo y aprender, pero no hacer un drama excesivo), es pariente de la que exhibe en el arco. Ayer, Gabbarini, con sólo 24 años, mostró que se banca ser arquero de equipo candidato. Tuvo tres intervenciones clave en el primer tiempo, cuando Independiente no mereció mejor suerte que River. Le tapó a Abelairas un zurdazo cruzado y un par de veces salió eyectado del arco (condición clave para un arquero de equipo tan empecinado en tirar el achique) para atorar a Funes Mori y a Canales. Se banca una defensa que juega con el riesgo; se banca tener a Hilario (que inició la temporada como titular) en el banco; y se banca sostener a un Rojo que sueña en grande.


"Un momento de calentura"

Gandín contó que antes del gol escuchó murmullos y por eso festejó al estilo Topo Gigio. Luego se fue aplaudido.
EL CHIPI, ANTE FERRERO. EL GOLEADOR DEL ROJO EN EL APERTURA 09 AHORA LLEVA TRES GRITOS.

Acevedo lo dejó solo para que definiera frente a Vega y no falló. La metió y salió disparado para un córner con las manos detrás de las orejas, al mejor estilo el Topo Gigio de Riquelme en su pelea con Macri. Y sorprendió a todos. "Fue un momento de calentura", contaría luego Darío Gandín y explicaría: "Había escuchado unos murmullos y me había calentado un poquito, pero bue... Son cosas que pasan. Está todo bien con la gente". Y fue esa misma gente la que luego lo aplaudiría al dejar la cancha...

Ahora, ¿por qué ese momento de calentura? Para entender el trasfondo del festejo hay que recordar que en las páginas de este diario Gandín confesó antes de Racing que se le pone "la piel de gallina cada vez que ovacionan a Silvera". Y que le encantaría vivir eso, palpitarlo, que sea todo para él... Al Chipi le hace falta ese mimo, esa caricia de la popular hecha grito y que se traduce en reconocimiento para sentirse pleno... Medio en broma y medio en serio admite que sigue "trabajando para eso". Como si no hubiese alcanzado que en el Apertura 09 haya sido el goleador de Independiente, con diez gritos, ni que tenga de hijo a la Academia ni que ayer haya vuelto a vacunar a River...

Cada vez que sale se escuchan aplausos pero no ese "Chipi, Chipi..." popular que ayer apenas bajó de la platea y él retribuyó con aplausos. "Me sentí muy bien cuando hicieron eso. Siempre digo que es lo que busco y, tal vez, se me estaba negando un poco", contó el delantero. Y rescató: "Por suerte ganamos, convertí un gol y de yapa me llevé el reconocimiento de la gente".

Claro que una vez que pasó el capítulo de su affaire con la popular y que se despejaron todas las dudas del por qué de su festejo, el Chipi se metió de lleno en este Independiente líder del torneo. "Para mantenerse en la cima hay que seguir igual: laburando a full, tratando de mejorar y con esas ganas seguro vamos a pelear hasta las últimas fechas.

-¿Por qué ganaron?

-La verdad, porque fuimos superiores.



INDEPENDIENTE

Uno x uno

12-A. Gabbarini (8): Arquero de candidato. Aguantó los malos momentos de Independiente.

4-L.Vella (6): En el primer tiempo se dedicó más a la marca. Y en el segundo salió un poco más.

6-E. Tuzzio (5,5): Desparejo. A veces salió prolijo, otras las revoleó, ganó y perdió.

27-L. Galeano (7): Fue el segundo bastión de la defensa cuando el equipo fue superado.

3-L. Mareque (6): Más vistoso que efectivo, aportó en la salida por su banda.

7-W. Busse (5): Venía jugando para el aplazo, hasta que metió el desborde y la asistencia en el 2-0.

5-W. Acevedo (7,5): El termómetro del equipo. Le metió un gran pase gol a Gandín.

8-H. Fredes (5): Se lo notó incómodo por la izquierda. Cumplió en tapar las subidas de Ferrari.

19-D. Gandín (7): A diferencia de los delanteros de River, tuvo un mano a mano y facturó. Consolidado como goleador de clásicos.

22-I. Piatti (7): Aun discontinuo, Independiente ataca mejor cuando él juega bien.

11-A. Silvera (8): Gol, juego en equipo y un compromiso a imitar, como cuando corrió a Ferrari 30 metros para sacarle la pelota de los pies.

29-S. Vittor (5): Entró para anular a Gallardo.

9-L. Núñez (6): Lindos movimientos en sus primeros minutos en el campeonato.

30-F. González (5): Tuvo una, se la sacó Ferrero.

Promedio: 6,4

Faltas: 6

Córners: 2

Offsides: 4

Tarjetas: 3

MARIA LAURA BALONG

Hubo lío en la calle

A pesar de que se montó un gran operativo de seguridad, no faltaron los incidentes: cerca de las 18, en Alsina y Belgrano, unos 50 hinchas de River se cruzaron en una pelea con los de Independiente. Volaron botellas y piedras (hubo destrozos en los negocios de la zona) hasta que apareció la Policía y todo se calmó.

"Es un torneo para no dejarlo pasar"

Olé vio el partido al ladito del Bocha. "Este Independiente es de los que quieren jugar al fútbol", avisó de entrada. Se fue chocho y muy ilusionado.


Entrar al Libertadores de América con el Bocha es algo así como tener la vip. Es tener un pase, precisamente, bochinesco. El Bocha camina por los pasillos de este estadio con olor a pintura fresca y la gente lo para cada dos segundos. Una foto. Un autógrafo. El Bocha es monumento. Estatua. Aquí está un pedazo grande de la historia. El hombre hecho bandera, póster, calle (un tramo de la Cordero cambió su nombre por el del Bocha). Y hablando de nombres, el ídolo estuvo algo enojado con la dirigencia porque el estadio no lleva precisamente el suyo, y en las elecciones estuvo incluso en la vereda de enfrente. Por eso hacía un tiempito que había decidido no ir a la cancha pero volvió contra Racing y ahora, ante River (justo con el rival que debutó en 1972 cuando tenía pelo y 18 añitos). "Volví porque este Independiente es de los equipos que quieren jugar. Vengo con mis hijos (Manuel y Simón) para que vean lo que es un equipo que intenta el buen fútbol", dice el Bocha, justamente un tipo exigente que sabe del buen pie.

Junto también a su mujer, Graciela, se acomoda en un palco central de la Erico. Cerca están Matheu y Gracián, también Hugo Moyano. El Bocha está cómodo (hay un plasma 32'', sillones, gaseosas, hamburguesas), pero se lo ve algo inquieto. "Es un partido que pinta parejo", avisa. Y así arranca, trabado. Ya con el gol de Gandín, se para, celebra. "Me gustan las sociedades que hay arriba", subraya. En el entretiempo pasa Comparada. Se saludan. Más fotos. Más autógrafos. No sorprende. Sí, le sorprende al Bocha lo que tarda Astrada en hacer cambios. "Villalva debería ir de arranque", comenta. Pero al toque vuelve al Rojo, que en la cancha le gana con autoridad a River. "Anda bien el arquero, eh -remarca-. Lo veo sólido. Habría que mantener el buen juego más minutos pero sé que no es fácil. Ahora hay que mantenerse. Este equipo juega bien. Es un torneo para no dejarlo pasar".

DEMIAN MELTZER


DE FRENTE: INDEPENDIENTE
Una victoria que vale más que tres puntos

¡Bien! Se le volvió a ganar a River y, como había pasado en el Monumental, se quebró la racha sin triunfos en Avellaneda que venía desde el Apertura 1998 para hacer doblete en la temporada. Y por si esto fuera poco, nos trepamos a la punta. Esta vez el equipo no tuvo miedo a las alturas como en el torneo anterior, aprovechó la caída de Godoy Cruz y ahora mira a todos desde arriba. Porque vale más que tres puntos esta victoria ante el Campeón Mundial del cabotaje, que si sigue así tiene el camino asegurado a la B Nacional y se sentirá muy cómodo recorriendo nuestro país ya que los vuelos salen de Aeroparque y no de Ezeiza. Porque se levantó el nivel de juego en el segundo tiempo, cosa que en los dos 1-0 anteriores no sucedió y por eso se terminó sufriendo ante conjuntos inferiores. Siguiendo con las buenas, por tercer partido seguido Gabbarini mantuvo el arco en cero y reafirmó su gran momento, tapando tres pelotas clave con el encuentro empatado y cuando el rival era superior. Además, con algunos resultados que se dieron, el Rojo se afirma para la clasificación a la Sudamericana, que es el primer objetivo. En lo individual, además del arquero, Vella jugó su mejor partido en el club. Galeano volvió a ser cuando al lado tenía a Matheu. Acevedo levantó su nivel, los mismo que Busse y Fredes en la segunda etapa. Gandín, si bien participó poco del juego (como siempre), esta vez facturó la que tuvo definiendo excelente, a lo Piatti. Nacho volvió a poner la luz en el medio y Silvera, además de meter, participar y convertir, es la bandera de lo que uno quiere de un jugador: matarse por los colores. Otra de las cosas para destacar es que Gallego les dio minutos a Núñez y González. Esto sirve para que los muchachos se sientan útiles y, de paso, que sepan que en cualquier momento pueden tener su chance porque todavía faltan 12 fechas. Con los cambios se notó que el Tolo le pasó la factura a Patricio Rodríguez por su expulsión ante los vecinos y no lo metió. Seguro que Pato ya aprendió la lección y en la próxima que entre la va a romper. Ahora, disfrutemos donde estamos...

Gabbarini volvió a responder cuando el rival era superior y estando 0-0.

BETO TISINOVICH

Es para vos, Academia River Plate

Los hinchas del Rojo se burlaron del Millo y compararon su promedio con el de Racing: "Ya lo ve/ y ya lo ve/ sos igualito/ a la Acadé", sonó.
"A la Promoción/ a la Promociónnn...".

La rivalidad no perdona. Lleva a los hinchas a escarbar sobre las heridas. Y a burlarse de la desgracia ajena. Para los de Independiente, obvio, la desgracia ajena es la preocupación por la ubicación en la tabla de promedios. Y al tanto de los pesares del equipo de Astrada, los locales lo recordaron antes, durante y después de la victoria en el Libertadores de América: "Baila la hinchada baila/baila de corazón/ que las Gallinas/ y la Academia/ juegan la Promocion". Las cargadas de los rivales por el advenimiento de los fantasmas del descenso suenan como una afrenta que la gente de River no logra digerir. No está acostumbrada. El hincha millonario ni se hace la idea de un futuro oscuro, tenso, de calculadora en mano. En varios tramos del campeonato escuchó lo que nunca quisiera escuchar. Pero en Avellaneda lo sufrió con más intensidad que nunca, con burlas mordaces y con risas hirientes. En fin, un golpe al orgullo. "Ya lo ve/ y ya lo ve/ el que no salta/ se va a la B... Y ya lo ve/ y ya lo ve/ sos igualito/a la Acadé...". Eso sonó con el 2-0 consumado.


DEMIAN MELTZER

RESERVA / INDEPENDIENTE 4 - RIVER 1
Quedate Cayetano, River


El Rojo también le ganó al Millo en la Reserva. Fue baile de la Cayetaneta, con un gol del arquero...

En Domínico, se vino el Rodrigazo. Porque el equipo de Cayetano Rodríguez goleó 4-1 a River, y el último tanto lo hizo el arquerito Diego Rodríguez, de penal. Apodado El Ruso y criado en Mar del Plata, no es el primer gol que marca. El año pasado metió uno en el empate 2-2 ante San Lorenzo. Aquella vez, sobre el final del partido, tomó un rebote en un córner y, siendo zurdo, la empujó de derecha. Ayer, su gol fue de penal y coronó la goleada 4-1.

Lo que hay que subrayar también es que jugó Mariano Herrón, que viene de una distensión. Nico Mazzola, que ya tiene partidos en Primera, hizo uno de los goles, también anotó Nico Martínez, el hermano del Burrito, de Vélez; y Pato Vidal, que este año tuvo su primera pretemporada con la Primera.

En el equipo de Carucha Corti, el gol fue de Gustavo Bou, que le había hecho uno a Chaca, en Primera, en uno de los dos triunfos de River en el Clausura, pero ahora no tiene lugar.

Fuente : Olé