INFO C.A.I. _ 24-02-2013

martes, 12 de enero de 2010

Torneo de verano 2010
INDEPENDIENTE 0 - RACING 0
Que ya van a venir

El goleador festeja: todavía no se dio cuenta de que su gol había sido invalidado.

Un Racing suplente jugó mejor que Independiente y Bieler, que entró en el segundo tiempo, tuvo las chances de darle un triunfo justo. Pero falló. Paciencia...


En verano, lo que pasó, pasó, como dice el aviso. Por eso, Gandín y el asistente Ayala, quien levantó la bandera sin sentido, casi terminan a los besos. Es saludable. Más lo sería si la imagen se repitiera por los puntos. Igual, a no engañarse: Independiente no merecía llevarse el triunfo.

¿Suplentes o titulares? Anoche estuvieron bien disimulados. Porque, vale convenir, aunque a los entrenadores no les guste que se hable de suplentes y titulares, hay suplentes y titulares. Por algo el Coco Basile, después de meses sin voz, explicó que el equipo que sale de memoria es el que más chances tiene de salir campeón. Entonces viene hacer algo así como las brujas: no existen, pero que las hay, las hay. Y lo que hubo en el clásico de Avellaneda mudado a Salta fueron diferencias. Pero a favor de los suplentes de Racing. Y tal vez sea más fácil encontrar la explicación en las contradicciones de Gallego que en los méritos de los de Vivas. ¿Qué opinará Menotti, en tertulia de café con el Tolo, sobre una defensa con tres y un medio con marcadores volantes? ¿Cómo pretende Gallego que Busse meta siete goles en un campeonato si lo pone de cuatro bis?

Un equipo con contradicciones, da ventajas. Independiente fue contradictorio y dio ventajas. El mérito de Racing fue aprovecharlas. Moverse con inteligencia para que Vella y Tuzzio, cada vez que les tocó salir a cortar a los costados, sintieran los efectos de la improvisación, fue una de las maneras. Ni hablar de lo que les costó intuir las diagonales rivales.

Sin achacarle todo a los de abajo, la pelota fue de Racing. Salvo en el ratito inicial del segundo tiempo, en el que Independiente amagó ser el que fue en algunos momentos del Apertura. Pero, enseguida, volvió a ser el Rojo de Salta, enmarañado en su confusión y en las buenas intenciones de Racing. Intenciones tan simples como creer que tratar bien la pelota es importante y ocupar los espacios vacíos también. Le faltó que Bieler estuviera afinado en las dos que tuvo. Si no...

Salta (enviado especial).

Fuente : Olé

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