INFO C.A.I. _ 24-02-2013

martes, 13 de octubre de 2009

Independiente se aprovechó de un River tambaleante (Clarín)
EL EQUIPO DE GALLEGO QUEDO SEGUNDO, A UN PUNTO DE VELEZ Y ESTUDIANTES

Nada cambió en River en el debut de Leonardo Astrada como nuevo entrenador.

La previa era pura especulación. El hincha de River pensaba en la intimidad que el jugar con Independiente era al menos una buena, “los tenemos de hijo”, repetían. Encima cambiaba el entrenador y entonces ya no había culpas para Néstor Gorosito. Y el hincha, ese que es cada vez más hincha de la hinchada, se acercó al Monumental y le dio al partido un marco de equipo que pelea el campeonato y no por no ser el último (hoy sólo tiene debajo a Chacarita, con 3 puntos, y Racing y Tigre, con 4, mientras que comparte lugar con Huracán, con 5). Pero ni eso. Ya no. Ni por más que hacía 13 años que los de Avellaneda no le ganaban. Porque ya nada es lo que era para este River que deambula por la cancha. Que de River tiene la camiseta, la historia, la cáscara… Pero no la esencia.

Nada lo ayuda a este River. Tiene la mala suerte en la frente. Como una marca. Pero la incapacidad de sus jugadores como estigma. Se equivocó Nicolás Navarro en el primer remate al arco desde afuera del área y esa fue sólo una señal. Porque en la jugada siguiente Nicolás Sánchez pifió una pelota insólita y hubo córner; y Darío Gandín saltó a cabecear mientras Paulo Ferrari lo corría de atrás y no lo alcanzaba; todo mientras Navarro se tiraba en cámara lenta para terminar buscando la pelota adentro del arco. ¿Merecía ir perdiendo River a esa altura? No. Pero si en una misma jugada se equivocan sus tres protagonistas…

Fue River y estuvo cerca. Merodeó el empate. Pero sólo eso. Maximiliano Coronel cabeceó sólo pero lo hizo pésimo; Matheu le hizo penal a Cristian Fabbiani, pero el árbitro no lo cobró; y en la mejor jugada de equipo de River en los últimos tiempos, el arquero Gabbarini se lo tapó a Galmarini. No concretó, y marche preso entonces.

Arrancó Gandín en la mitad de la cancha y le metió un pase bárbaro a Ignacio Piatti, Cristian Villagra lo marcó pésimo, y el ex-Gimnasia giró y se lo llevó a pasear para acomodarse en el área y definir para el 2 a 0. ¿Merecía tanto Independiente? Ni de causalidad, pero…

Empezaron los insultos a los jugadores y a la comisión directiva. Ya que al entrenador no se lo podía culpar, porque Leonardo Astrada llegó de apuro en medio de la semana pasada. Y Lucas Mareque encaró por el medio y se avivó de que Villagra cierra siempre mal y habilitó a Silvera. Y el delantero no perdonó: 3 a 0. ¿Merecía Independiente esa goleada? Sí. Claro que sí. A esa altura merecía eso y más por eficaz. Y más porque al rato Fabbiani no pudo tras una atajada bárbara de Gabbarini.

El segundo tiempo estuvo de más. Independiente pudo haber metido alguna contra pero ni eso hizo porque nunca se sintió invadido por River. ¿Sensación? Le perdonó la vida. Diego Buonanotte erró dos goles y varios pases. Gallardo metió un penal para decorar el resultado. Fabbiani se fue desafiando a los hinchas. Los hinchas se fueron insultando a todos los futbolistas. Pero alentando a la camiseta. A la esencia, claro. Esa que no aparece en el campo de juego. Y desde hace rato. Mucho rato.

Por: Hernán Castillo


HACERLE GOLES A RIVER
Gandín y su sana costumbre

EL GRITO QUE ABRIO EL CAMINO. GANDIN FESTEJA SU GOL. FUE DE CABEZA.

Si hay un equipo al que Darío Gandín tiene de hijo, sin duda alguna, ése es River. Hasta antes del partido el Chipi le había marcado cuatro goles con tres camisetas distintas: Atlético de Rafaela, Colón y Gimnasia de Jujuy. Solamente le faltaba festejar con la de Independiente. Y lo hizo: “En la semana intuía que iba a convertir. Varios compañeros también me lo habían anticipado. Por suerte se me dio e Independiente cada vez está más firme”.

Gandín fue el más destacado en una tarde en la que Independiente se recibió de equipo. Porque estuvo firme atrás y seguro con el chico Adrián Gabbarini, rápido y constructivo en el medio con Walter Acevedo cada vez más asentado y principalmente esta vez fue letal en la ofensiva. Tuvo en Andrés Silvera y en Ignacio Piatti a dos socios de lujo. La jugada del segundo gol, precisamente, fue pase de Gandín y gol de Piatti, quien se aguantó la marca de Cristian Villagra y definió ante la salida desesperada del arquero Nicolás Navarro.

Cuando en Necochea Gallego ideaba “su” Independiente, seguramente, pretendía jugar como jugó en el primer tiempo. Tuvo mucho de todo el equipo. Y en el segundo se dedicó a regular y a cuidar la diferencia que tenía. Pero daba la sensación que si apretaba el acelerador, el resultado podría haber sido histórico…

La gente de Independiente deliró con el equipo. Por eso esa despedida final que aseguraba “que de la mano del Tolo la vuelta vamos a dar…” sonó genuina. Muy genuina.


NUNCA HABIA VENCIDO A RIVER COMO TECNICO
Gallego se tomó desquite en un partido muy especial

ESTE ES EL CAMINO. PARECE DECIRLO, CON RAZON, AMERICO GALLEGO.

Por: Fernando Gourovich

Si alguien a pocos minutos del final prendió la tele y siguió atentamente a Américo Gallego, bien podría haber pensado que Independiente estaba perdiendo y por goleada ante River. Es que el Tolo, fiel a su estilo, no se relajó en ningún momento pese a que el clásico se resolvió en el primer tiempo. Le pidió a Adrián Gabbarini que sacara rápido. Pidió una y otra vez que le tiraran la pelota larga a Gómez. Y se enojó feo con la defensa por el penal…

Ya lo había anticipado en la previa: éste no era un partido más, ni para él ni para Independiente. En lo personal, el hoy técnico de Independiente volvía a enfrentar a un equipo al que quiere mucho (el aprecio es mutuo: ayer la platea San Martín lo ovacionó). Un equipo al que, sentando en el banco de Independiente y de Newell’s, jamás había podido ganar: cinco veces lo enfrentó y sólo consiguió un puntito. Y para Independiente, según sus propias palabras, era “un partido de seis puntos”.

“Vieron que no estaba loco cuando dije que podíamos pelear el campeonato. Logramos una victoria muy meritoria ante un grande como es River que nos deja muy cerquita de la punta y con la ilusión intacta de luchar arriba. Además, pudimos cortar dos rachitas, la mía y creo que Independiente hacía mucho que no ganaba en este estadio, ¿no?…”, dijo el Tolo con tono picarón. La respuesta es sí, bastante: 13 años hacía que el conjunto de Avellaneda no se iba de Núñez con los tres puntos.

No quiso extralimitarse con los elogios. Pero casi se le cae la baba cuando fue consultado por esa media hora monumental: “Fue una barbaridad. Sabíamos que con pelotazos cruzados podíamos complicarnos. Todo se dio a la perfección. La ideal sería jugar en ese nivel todo el partido y ser contundentes. Porque contra Vélez y con Racing también hicimos un gran primer tiempo pero no pudimos pegar en los momentos justos”.

Antes de encarar a los micrófonos, les habló a sus dirigidos. El mini monólogo se demoró porque Walter Acevedo y Adrián Gabbarini estaban cumpliendo con el trámite del control dóping. Una vez que los tuvo a todos en ese vestuario exultante, les pidió no hacer declaraciones fuera de lugar y concentración, les remarcó que no se había ganado nada y por último los felicitó. “Hay que festejar poquito y mañana (por hoy) ponernos a pensar en Chacarita, que será un rival complicado”, dijo Gallego, quien no festejó los goles.

Se golpeó el pecho bien fuerte por el gol de Andrés Silvera: “Lo motivé toda la semana para que la embocara, je…” Y no tuvo ningún tipo de problemas en revelar el por qué del cambio de Federico Mancuello, a minutos de haber marcado el tercer gol: “Fue un cambio táctico. Lo saqué porque no estaba cumpliendo con lo que el equipo necesitaba. Lo puse a Machín para que saliera rápido de contra”.

Se lo vio con una sonrisa más amplia de lo habitual cuando tras el partido Matías Almeyda y Marcelo Gallardo fueron a saludarlo. Y también se refirió a su amigo Leonardo Astrada: “Es un momento duro para River… Estoy seguro que él tiene la capacidad para sacarlo de este mal momento”.


LA POLICIA DETUVO A 153 HINCHAS DE INDEPENDIENTE, LA MAYORIA DE LA BARRA BRAVA, POR INCIDENTES AL ENTRAR A LA CANCHA
Terminaron en la comisaría

HUECO. ASI ESTUVO LA POPULAR VISITANTE. LOS AUSENTES, EN LA SECCIONAL.

Una hora antes del comienzo del partido hubo serios enfrentamientos entre la barra brava de Independiente y la policía. Esos disturbios, producidos en Lidoro Quinteros y Figueroa Alcorta, dejaron como saldo 153 detenidos (la mayoría fueron llevados a la comisaría 51a y unos pocos a la 33a y a la 31a), 4 suboficiales con heridas superficiales y un hincha con un corte en el cuero cabelludo que fue asistido por una ambulancia del Same.

Como es costumbre en el fútbol argentino, los hinchas que mandan en la tribuna del club de Avellaneda llegaron al Monumental en una caravana interminable de micros, con bombos y banderas. La primera línea de cacheo la superaron sin problemas porque tenían la “entrada en mano”, como pedían los efectivos policiales. Pero al llegar al segundo, y último, les informaron que no podían ingresar con objetos contundentes. “Tenían correctamente su entrada para ingresar. Pero, en un acto totalmente caprichoso, por querer ingresar con las banderas que no se les permitió, empezaron a arrojar elementos contundentes”, explicó a los medios el comisario inspector Ricardo Raúl Pedace.

Muro policial de un lado, empujones del otro, corridas y baldosas que comenzaron a volar contra las fuerzas de seguridad. Las adyacencias del club, en esos momentos, se convirtieron en un campo de batalla. “Pedí que detuvieran puntualmente a quienes realizaban incidentes”, explicó Pedace. Sin embargo, algunos hinchas de Independiente se quejaron por el maltrato de la policía. Cuentan que en medio del descontrol la policía reprimió más a la gente que no se había metido en los incidentes que a los revoltosos…

Primero, detuvieron a quince barras. Luego, casi toda la barra de Independiente quedó tirada en el suelo, retenida. A los más belicosos los fueron subiendo a los celulares. A los más “tranquilos”, los fueron soltando de a uno.

Una vez que se calmaron las cosas, los partes oficiales informaron que 153 barras fueron detenidos y demorados, junto a los elementos de los cuales no querían desprenderse, en la comisaría 51a para realizar los sumarios correspondientes. “Todavía hay hinchas demorados que pasarán la noche en la comisaría. Algunos, ya fueron liberados”, dijeron anoche en la 51a. Si bien no hubo heridos de gravedad, cuatro suboficiales sufrieron heridas leves y un hincha debió ser atendido por médicos del Same, ya que tenía un corte en el cuero cabelludo.

Lamentablemente, y como es habitual, mucha gente que nada tenía que ver con la barra quedó atrapada en los enfrentamientos y algunos de ellos habrían sufrido golpes menores. Según indicó Pedace, el operativo se realizaba con total normalidad hasta ese hecho.

A los 26 minutos del primer tiempo, empezaron a aparecer las banderas largas en la Centenario alta donde estaban los de Independiente. Al principio, hubo un hueco importante, pero a partir de ahí se fue llenando con los barras. No del todo, porque parte de esa barra iba camino a la comisarías. Al final, los de Independiente se retiraron en forma inmediata, mientras que los locales lo hicieron tras más de 40 minutos de espera.


PROTESTA DE QUINIENTOS HINCHAS DE RIVER
Los plateístas se hicieron sentir en el hall de la bronca

UNA TARDE DE FURIA. LOS HINCHAS INSULTAN A LOS JUGADORES Y DIRECTIVOS.

Esos 50.000 hinchas de River que colmaron el Monumental y que dejaron casi 1.000.000 de pesos de recaudación (Independiente agotó sus 7.500 localidades disponibles) buscaban otra cosa. Pero no hay caso. River no les da mayor alegría que el mirar las tribunas repleto de colorido. Y entonces estallaron de bronca. Volvió el tan temido hall de los plateístas que bajan de la San Martín y allí estuvieron largo rato a puro grito en contra de los jugadores y la actual comisión directiva. Hubo unos 500 hinchas que se quedaron largo rato insultando a todo el mundo. Y si no se agregaron más, fue sobre todo porque el vallado dispuesto en el estadio hace que internamente no se puedan sumar y juntar entre gente de una platea o la popular y otra.

También hubo discusiones en el vestuario entre algunos jugadores y dirigentes.

El ambiente se empezó a complicarse desde los 28 minutos de la primera etapa. Ahí Ignacio Piatti marcaba el segundo gol de Independiente y se acababa la paciencia. Desde ese momento cada error de Rodrigo Archubi, Cristian Fabbiani o Martín Galmarini, los tres más apuntados por las tribunas, fue potenciado e insultado.

Desde la tribuna popular se insultó tanto a jugadores como a dirigentes.

Las elecciones para presidente son en diciembre pero eso poco tiene que ver con el clima que se vive, y vivirá, en el Monumental porque está claro que el actual presidente, José María Aguilar, no se presentará en los comicios. Así, la seguidilla de malos resultados no favorece a ningún candidato. El tema es que a este ambiente irrespirable lo cambian los triunfos.


LEONARDO ASTRADA TRAS EL DEBUT
“Esto no va a cambiar de un día para el otro”

LA VOZ QUE NO LLEGO AL EQUIPO. LEONARDO ASTRADA A PURO GRITO.

Arrancó el partido y se paró delante de la línea de cal. Llegó el primer gol de Independiente y alentó y no paró de alentar. Llegó el segundo y flaqueó. Llegó el tercero y se sentó casi hasta el final de la primera parte. No imaginaba un arranque así Leonardo Astrada. Estaba preocupado por cómo venía River, eso seguro. Pero no esperaba lo de ayer: “Estoy más preocupado de lo que estaba, eso está claro, pero confío en mis jugadores”, dijo.

Astrada arrancará a trabajar otra vez hoy a la mañana intentando dar vuelta la historia, pero ayer dejó claro un concepto: “Esto no va a cambiar de un día para el otro y eso está claro. Hay que seguir trabajando para no perder tiempo y salir de esta situación. La solución va a depender mucho de la personalidad del plantel. Se necesita de la hombría en cada uno. Pero ojo, cuando veamos que un jugador no tiene la fortaleza necesaria, en su lugar ingresará otro”. Es evidente desde sus palabras que para Astrada hay situaciones del partido que no deben repetirse en el futuro. ¿Habrá limpieza? Probablemente…

En el recuento de las situaciones, el Jefe expresó: “Defensivamente cometimos errores y los pagamos caros. Independiente aprovechó sus oportunidades, y nosotros tuvimos las nuestras y no las supimos convertir”. Y volvió a referirse sobre su plantel cuando le señalaron que muchos de estos futbolistas fueron parte del plantel que salió último en el Apertura 2008: “Confío en los jugadores. A muchos de ellos también les tocó salir campeones (con Diego Simeone como técnico. Tienen calidad para marcar diferencia, pero cuando las cosas no salen todo se viene abajo. En la medida en que podamos lograr orden y sacrificio colectivo va a ser mas fácil salir. Lo claro es que no podemos volver a cometer los mismos errores que hoy (ayer). Porque sino la buscas dentro del arco. Hay que seguir confiando en las cosas que uno hizo bien. Pero la parte defensiva es fundamental en un equipo para que el resto de sus compañeros tenga mayor confianza y a partir de ahí se trabaje de otra forma. Porque hoy nos convierten un gol y se nos viene todo encima”.

Astrada ya identificó uno de los grandes problemas que tiene este River: la cabeza. Desde que llegó el miércoles pasado, habló con los jugadores largo rato antes de cada práctica, con pastillitas durante el ensayo y otro largo rato tras la finalización de cada entrenamiento. Lo hizo en forma grupal e individual. Pero evidentemente todavía no le alcanzó. Por eso, el camino a seguir también será ese durante esta semana, de cara al partido contra Huracán.


“ESTABA RECALIENTE Y ME EQUIVOQUE”
Fabbiani, gestos y pedido de disculpa

SALIDA Y POLEMICA. EL OGRO FABBIANI SE VA Y HACE UN MAL GESTO.

No anduvo bien Cristian Fabbiani. Erró un par de goles y perdió varias pelotas. Y encima cuando Leonardo Astrada decidió cambiarlo y hacer ingresar a Andrés Ríos, la gente de todo el estadio empezó a silbarlo y la de la platea San Martín a insultarlo. Ahí, él, repleto de calentura por salir y por los insultos y los silbidos, miró a esa platea y les hizo la del cartelito de la enfermera pidiendo silencio, para después juntar los dedos de su mano y despegándolos en el inequívoco gesto de “miedosos”.

Los insultos fueron en aumento y por primera vez al delantero lo insultó todo el estadio. Le tocó el dóping y en lugar de ir por el anillo exterior del Monumental, le indicaron que debía ir por el interno y lo tuvo que hacer custodiado. Los ánimos, indudablemente, no estaban bien.

Después, habló con la prensa y pidió perdón: “A la gente le pido disculpas. Estaba recaliente por salir y me equivoqué. Perdón. Me quiero matar. Yo quiero salir de esto como todo River. Me sobran huevos para salir de esta situación. Y a este plantel lo mismo, pero no se nos da una. A la gente la entiendo porque te insultan o te idolatran según lo que pase con el equipo y es lógico”.

Sobre lo que viene, comentó: “Vamos a salir de esto porque nos sobran jugadores. La culpa de todo esto es nuestra porque no encontramos la vuelta. Nos hacen goles tontos y nos erramos goles imposibles”, dijo. Y se fue. Los tiempos de la Ogromanía ya quedaron demasiado lejos.




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