INFO C.A.I. _ 24-02-2013

sábado, 5 de diciembre de 2009

Por una cabeza (Olé)

Independiente explota el juego aéreo: hizo ocho goles con testazos. ¿Podrá la defensa de Boca neutralizarlo?

No es casual que Américo Gallego no permita ver el último entrenamiento de la semana. Ese día es el asignado para la práctica de pelota parada, ítem en el que Independiente ha conseguido un rédito enorme. Casi un tercio de sus 27 goles en el campeonato fueron de cabeza, y cinco de ellos logrados a la salida de sendos córners. El cabezazo ofensivo es un arma que pudo explotar contra equipos solventes en defensa (Estudiantes y Vélez), y que en su visita a la Bombonera puede surgir como una clave, puesto que enfrentará a un rival que ha mostrado muchos problemas para detener los embates aéreos: siete de los 22 goles recibidos por Boca fueron por testazos.

Independiente ganó potencia y presencia con los arribos de Andrés Silvera y de Carlos Matheu, pero también recibió con los brazos abiertos la aparición de Leonel Galeano, quien marcó de cabeza sus dos primeros gritos en la elite (a Chacarita y a Huracán).

Pero en el cuerpo técnico consideran clave el rol de los ejecutores de los centros. Ahí, Walter Acevedo es la llave. “No creo que pase tanto por los ejecutores, sino también por el trabajo del técnico y la virtud de los que cabecean”, reparte el juego el volante. Claro que Gallego, previsor, también delegó en Mancuello y en Patito Rodríguez la responsabilidad de manejar la pelota parada cuando no está Acevedo. Galeano, en tanto, analiza que “la clave es estar frío a la hora de enviar el centro y tener mucha movilidad para desmarcarse”.

Claro que Independiente también aprovechó errores de arqueros: ante River, Darío Gandín cabeceó una pelota bombeada y a priori fácil que a Nicolás Navarro se le metió en el segundo palo; con Gimnasia, Tuzzio ganó de atropellada y el balón se le metió a un Sessa que dudó en la salida y quedó a mitad de camino; y Galeano, en el último gol, aprovechó que Monzón vio cómo la pelota le pasó por arriba de la cabeza en el centro del Chipi.

Pero que esas fallas no le quiten el mérito al laboratorio de Gallego, porque es mérito del Tolo, de su obsesión y su confianza, que Independiente haya mejorado de la cabeza.

DEMIAN MELTZER

Fuente: Olé

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