INFO C.A.I. _ 24-02-2013

domingo, 15 de noviembre de 2009

SAN LORENZO 0 - INDEPENDIENTE 3
¿Cholo? ¡Tolo solo!
El grito del Tolo. Y, el Rojo sigue en la lucha por el torneo y la Copa.

Con goles de Darío Gandín, y los ingresados Martín Gómez y Leonel Núñez, Independiente derrotó a San Lorenzo y así, lo sacó a la banquina en la ruta hacia el ingreso a la Libertadores y la pelea por el título.

El contraataque se hace una tentación, un caramelo dulzón, para el Independiente del Tolo Gallego cada vez que pega primero. Se vio a lo largo de todo el Apertura. Y en el Bajo Flores, la cosa se hizo aún más evidente. Una, dos y tres veces metió contragolpes letales. Porque cuando enfrente hay un equipo como los de Simeone, de esos que ganan por la constancia, por ir e ir, no queda otra que replegarse y agarrarlos desprevenidos. San Lorenzo sólo juntó gente en ataque después de que se vio abajo en la lucha por los porotitos y el sueño de Copa. Y así le fue.

Si hay algo que seduce al Rojo es la desprotección de los rivales, cosa que fue abundante en los del Cholo cuando pasaban al ataque. Tanto que bastó con que Gómez picara al vacío que se producía entre Civelli y Bottinelli para liquidar la cosa y no perderle pisada a Banfield y Newell's. Porque después del golazo de Gandín –no mojaba desde la victoria con River-, Independiente había resignado las zancadas de Mancuello, los desbordes de Busse y los lujitos de Piatti. Sin embargo, fiel a su estilo, se aprovechó de los modos ofensivos y desquiciados que tiene el técnico del Ciclón para ir a por todo.

Puro atropello, puro empuje. Gallego sabía de esas cualidades y le leyó el partido al Cholo. Le desnudó su diario íntimo, ese que habla de principios bielsistas. Cuando Mareque pasaba al ataque, Tuzzio, Matheu y Galeano armaban la línea de tres en el fondo como si se conocieran de toda la vida. Sólidos atrás, los relevos eran pan comido si se tiene en cuenta que Bordagaray ni se atrevió a tirar sus jugadas robinhescas, el Papu Gómez nadaba en el charco de la imprecisión y Romeo quería disparar con el rifle bajo el agua.

El que pega primero, pega dos veces. El Rojo pegó tres. Caminó el ring hasta encontrar el momento justo y agarrar un mentón desprevenido. San Lorenzo fue puros puñetazos, alocados, al aire. Sin ideas. Es que enfrente se le paró un equipo inteligente, que le robó los tres puntos en su casa, lo alcanzó en la tabla de la Copa, lo hundió en un mar de confusiones y le ahogó el sueño de campeonato. Una marea roja de golpes eficaces.

John Jones

Fuente : Olé

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