INFO C.A.I. _ 24-02-2013

lunes, 16 de noviembre de 2009

Independiente golea y pide pista
(La Nación)

Le ganó 3 a 0 al Ciclón y está a seis puntos de la cima; reforzó su condición de aspirante al título y dejó en el camino a un rival consumido en el desorden y la falta de jerarquía; tantos de Gandín, Gómez y Núñez

El Apertura está en etapa de depuración de candidatos al título. Cada fecha es un cuello de botella que sólo les permite el paso a algunos del tropel de aspirantes que se amontonaba hasta hace unas pocas semanas. En el Nuevo Gasómetro hubo un corte eliminatorio, una divisoria de aguas que dejó a los dos equipos en orillas opuestas. A Independiente, en territorio de campeonato, en zona de ilusión. A San Lorenzo, en tierra de nadie, sin otro horizonte que la autocrítica y el replanteo de objetivos. El veredicto fue tan tajante como el resultado.

Independiente había sido superior en buena parte del encuentro y terminó siendo impiadoso con el desorden creciente de San Lorenzo. En cualquier circunstancia, favorable o desfavorable, positiva o negativa, San Lorenzo hacía valer su orgullo y capacidad de lucha hasta el final. Eso fue hasta ayer. Capituló 15 minutos antes del final, bajó los brazos y sólo esperó que Independiente no se ensañara con su derrumbe. Hasta Simeone, que siempre tiene una reacción visceral a la derrota, le pedía a los gritos a Migliore que no se apurara en un saque de arco porque ya no había más nada por hacer. Era momento de asumir que el recambio y las continuas modificaciones de esquema tuvieron una utilidad corta y limitada. Las carencias del plantel y los altibajos en el rendimiento sepultaron el voluntarismo que animaba al equipo. El entierro fue más doloroso porque se produjo donde debía mostrarse más vivo y entero, en el Nuevo Gasómetro, escenario de la eliminación en la Copa Sudamericana y de la marginación en la competencia local, con tres derrotas consecutivas, y sin hacer un gol. Motivos suficientes para que desde las tribunas se hiciera sentir la impaciencia inicial y el descontento final. El Papu Gómez se ofreció como blanco predilecto de la ira; mientras jugó, porque no terminó bien nada de lo que intentó, y después le agregó una expulsión que definitivamente lo enfrentó con los hinchas.

Independiente, más allá de que en el segundo tiempo se retrasó excesivamente, mostró criterio y sangre fría para aprovechar el desquicio local. Empieza a convencerse de que tiene puntos fuertes en los que apoyarse. Desde el triángulo de seguridad que conforman el arquero y los dos zagueros centrales, pasando por el manejo con ida y vuelta que le da la línea de volantes, y hasta la referencia de ataque que representa Silvera, ayer más importante en las asistencias en los últimos dos goles que en la definición.

San Lorenzo fue lo contrario. No hizo pie en ninguna línea y tuvo una alarmante falta de jerarquía individual. También errores de diseño: Kily González aportó algo más cuando pasó de volante que cuando ocupó el lateral izquierda, y a Menseguez no lo favorece esa posición interna de media punta; se desaprovecha su velocidad para el desborde.

Independiente fue más armónico y compacto. Y eso que el reaparecido Acevedo estuvo muy por debajo de lo que venía mostrando, como si le hubiera costado enfrentar su ex club. Ese déficit fue compensado por lo bien que combinaron en el medio Busse, Piatti, Mancuello y Gandín, que arranca desde más atrás para llegar por sorpresa, como lo demostró en el primer gol, cuando apareció en el área para conectar un centro de Mancuello.

En los tres goles de Independiente fue muy importante Mareque, un lateral que suele ser más valioso en la proyección que en la marca. Ayer explotó esa faceta con su aceleración y gambeta para romper líneas rivales. De sus pies surgieron los tres tantos.

La ansiedad atenazó a San Lorenzo. Un síntoma que transmitió Simeone con sus decisiones. En el comienzo del segundo tiempo ubicó a Bordagaray por la izquierda y a Gómez por la derecha, pero enseguida dio otro volantazo con el ingreso de Rovira. Las tres variantes en menos de un cuarto de hora no le dieron más profundidad a San Lorenzo, que nunca tuvo noticias de Romeo, frágil y absorbido por la marca. Independiente se replegó y parecía conformarse, pero el desbande del Ciclón, que regaló espacios y la pelota, le sirvió para golear y asegurarse un andarivel en la recta final al título.

Por Claudio Mauri
De la Redacción de LA NACION

Silvera, el más repudiado de los ex San Lorenzo

Cuando se fue de San Lorenzo para volver a Independiente, Andrés Silvera dijo que uno de los motivos era que se había quebrado su relación con los hinchas. Ayer quedó demostrado con el repudio que recibió desde las tribunas locales. Más tenue fue el rechazo para Tuzzio, otro ex del Ciclón. Y el tercero, Acevedo, recibió algunos aplausos cuando fue reemplazado.

EL DATO
Para la Libertadores, los Rojos alcanzaron a los Santos
En la tabla acumulada del año, ambos tienen 47 puntos, y están a ocho de Lanús, que hasta ahora está consiguiendo la última plaza clasificatoria para el torneo continental.

LAS RACHAS
De un lado, triunfos seguidos; del otro, caídas consecutivas
Por tercera vez en el torneo, Independiente encandenó dos triunfos consecutivos. Los anteriores fueron en las fechas 2a y 3a, y en la 6a, 7a y 8a..Ahora venía de vencer a Gimnasia. San Lorenzo quedó al margen de la lucha por el título al sufrir por primera vez en el Apertura dos derrotas seguidas, ambas de local. Una semana atrás había perdido con Banfield.

“Siempre quiero hacer más goles”

Gallego, feliz DT del Rojo, ahora le apunta a Banfield

“Estoy contento porque a cinco fechas del final era un partido bisagra. Si empatábamos, quedábamos los dos afuera y el que perdía quedaba mal. Además, jugamos contra un equipo importante que se la jugó cuando hizo los cambios y fuimos justos ganadores”, comentó Américo Gallego en el Nuevo Gasómetro.

El técnico de Independiente dijo que estaba contento. Pero el conductor de un equipo que venía de ganar holgadamente por 3 a 0 ante San Lorenzo dejó sin ofrecerle sus pensamientos y sensaciones a más de la mitad de la prensa, actitud más esperable -no más comprensible- en una derrota. Una vez que se fue, asistentes, allegados y dirigentes sonreían, diciendo que nada podían hacer. Y más sonrisas se vieron cuando, mientras hablaban los gentiles Carlos Matheu y Walter Acevedo, otra persona hacía gestos con la mano de que se tenían que retirar y el chofer del ómnibus tocaba bocina. Una pena.

Pero vale volver a las palabras de Gallego: “Mi mérito fue haber acertado con mis cambios y haber podido aprovechar el hombre de más que tuvimos en los últimos minutos”, dijo el director técnico, con referencia a la expulsión de Alejandro Gómez.

“Se nos facilitó un poco más porque San Lorenzo venía de un golpe duro tras haber sido eliminado en la Copa [Sudamericana], pero no es cierto que les perdonamos la vida. Siempre quiero hacer más goles, porque cuando tu equipo está débil los demás te los quieren hacer”, sostuvo el Tolo con sus particulares formas.

“Después de meter el 1 a 0 jugamos con la desesperación de ellos y terminamos goleando y haciendo jugadas muy lindas”, agregó Gallego, para quien el regreso de Walter Acevedo fue importante, porque “aporta mucho fútbol en el medio”.

El entrenador ya tiene en la mira el choque de la semana próxima ante uno de los punteros, Banfield, en el estadio Libertadores de América: “Ese partido va a ser difícil porque impresiona cómo corren esos once, pero, con perdón de Julio César [Falcioni, entrenador del Taladro], ése es nuestro partido. Sabemos que tenemos que ganar sí o sí”.

Matheu, un capitán al que no lo desequilibran las ilusiones

Carlos Matheu manejó con firmeza la defensa de Independiente. Y fuera de la cancha utilizó con criterio las palabras, consciente de varias cosas: que el triunfo ante San Lorenzo fue muy importante, que los mantiene en carrera, pero no les garantiza nada, y que la gente se puede ilusionar, pero el equipo tiene que seguir trabajando.
“No, no, no fue un partido fácil. En el primer tiempo nos costó mucho y no tuvimos un buen arranque en el segundo. Pero ellos se cayeron y nosotros lo aprovechamos, empezamos a jugar mejor y terminamos con un muy buen rendimiento”, comentó el capitán de los Rojos.
“No sé si estamos para el título. Queríamos estar en el grupo de los que pelean y lo estamos consiguiendo. Este grupo es muy bueno, pero tenemos que mantener los pies sobre la tierra, ir partido a partido y seguir de esta manera. Este es un torneo irregular y somos varios los que vamos a pelear”.
De cara al futuro inmediato, que tiene a Banfield como próximo rival, Matheu dijo: “Nos toca otro rival directo en la lucha por el torneo, muy difícil. Llegamos bien, pero eso no te asegura nada. La gente se puede ilusionar, claro, no le podemos quitar eso, pero el equipo tiene que mantenerse tranquilo y jugar cada partido como una final”.

Fuente: La Nación

No hay comentarios:

Publicar un comentario