Un triunfo del corazón

Los jugadores de Independiente confesaron luego del inolvidable 5-4 ante el campeón y ex invicto que tuvieron una charla muy profunda en la previa del partido. Allí se unieron en la reflexión y coincidieron que no podían caer más bajo. Esa charla alimentó el amor propio de cada uno de los que ayer salieron al césped de La Boca. Obvio que también vale el mérito para el planteo armado por Díaz, basado en un 4-2-3-1 con buenos rendimientos de los Patitos y Farías (más la deliciosa pegada de Ferreyra).
Se tuvo en jaque al mejor de todos con mucho esfuerzo y una contundencia “messiana”. Y también es cierto que el encuentro empezó a perderse a partir de las grietas por la franja izquierda, el error de Rodríguez en el segundo gol de Roncaglia, la excesiva libertad que tuvo Riquelme para maniobrar y la falta de resto físico en el segundo tiempo. Pero algo impulsó para adelante en el momento más cómodo del partido para Boca, que ya ganaba 4-3 y jugaba al compás del 10.
Fue entonces cuando el equipo entendió que podía. Así como se animó en el inicio a hacerle frente al campeón a pesar de acumular cuatro derrotas al hilo en el Clausura y sólo tener un gol a favor (contra ninguno de Boca en contra). La gran pegada del Malevo, los horrores del Xeneize en la marca aérea y la categoría de Farías cristalizaron el sueño. A nivel técnico y táctico, se evolucionó en algunos aspectos y se mantuvieron muchas carencias de siempre. A nivel estadístico, se cortó la racha de 33 partidos sin perder de Boca en el ámbito local y se sumaron los tres primeros puntos del año. Pero lo más importante es lo que se ganó en la faz anímica, porque este 5-4 debería ser un punto de inflexión clave para repotenciar al plantel. ¡¡VIVEN!!
Fuente : Paladar Negro Blog TyC Sports
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