INFO C.A.I. _ 24-02-2013

lunes, 23 de agosto de 2010

Torneo Apertura 2010
River 3 Independiente 2
Rehenes de la impotencia

¿Acaso Independiente recuperó su alma de las garras del Diablo y se consagró devoto de los milagros divinos? ¿Cómo se hace para creer en ganar cuando se exhiben tantos problemas defensivos y ni siquiera se procura tener la pelota para disimularlos? ¿Si tratar de empatar sin poder hilvanar dos pases correctos consecutivos no es aguardar un milagro, cómo podría calificarse esa actitud? ¿Comparada, que aseguró que este equipo será protagonista, gobierna y declara con la fe o con la razón? ¿Todo deberá resumirse a esperar errores rivales y golazos aislados?

Tan sólo ocho minutos duró la ilusión de obtener una victoria clave para enderezar el rumbo. Ese ínfimo periodo de tiempo le alcanzó al River de Cappa para aprovechar las crónicas desatenciones de Independiente, que volvió a exhibir desacoples en todas sus líneas. El empate parcial de Silvera (gran quite de Mareque a Buonanotte en la gestación de la jugada) ni siquiera se pudo festejar por culpa de Funes Mori y el línea Hernán Maidana. Y poco después, Ferrari recorrió más de 80 metros sin marca para forzar el primer error de Gabbarini en el certamen. Obviamente, el Millonario se relajó con la ventaja en el complemento y apenas sufrió dos rasguños en el final: Carrizo descontó y luego se redimió al desviar un peligroso disparo del Cuqui.

En el fútbol moderno, y sobremanera en el argentino, es fundamental tener un mediocampo con presencia regular en el proceso de quite y distribución. Y aquí radica uno de los problemas básicos del Rojo, más allá del buen segundo tiempo de Godoy y de los flashes de Mancuello. No hay un trabajo coordinado con los laterales, se dejan muchos espacios y tampoco hay capacidad para instalar un circuito de toques. Ni hablar de gambetas, desbordes y posesión de pelota. A su vez, Gracián mostró la otra cara de su moneda y el joven Nico Martínez fue el único que aportó ideas en la conducción.

En tanto, a la zaga central podrán sobrarle variantes, pero no movilidad para contener a puntas dinámicos como Silva y Funes Mori. Es cierto que tampoco recibe ayuda de ningún tipo. En el tercer tanto local, Ferrari maniobró ante Galeano (¿y Mareque y Mancuello?). Otro ejemplo en el periodo inicial: Arano escaló solito y terminó robándole la pelota a Tuzzio para irse de cara al arco (¿y Vallés y Fredes?). Además, Mareque debe entender que no sirve arrancar siempre hacia el medio con una bocina en la mano, mientras Galeano se arranca los pelos a la hora de relevarlo.

Ante este panorama lóbrego, Pacheco y Silvera debieron resignarse a esperar esos pelotazos largos sin destino. El juvenil mostró pimienta pero derrochó dos importantes chances para convertir. Todo lo contrario hizo el experimentado chubutense, que afortunadamente renovó su licencia de goleador para lo que resta del semestre. El tiempo para mejorar se acorta y el debut en la Sudamericana será en unos días. Ojalá la dureza de las críticas sirva para evitar que las mejorías no sólo sean fruto de un regalo celestial…

MR

Fuente : TyC Sports (Paladar negro blog)

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