Independiente 2 - Boca 3
Game Over

El sueño de cortar la sequía de títulos arrancó el 31 de enero, se potenció durante todo marzo, empezó a tambalear en abril y parece haber firmado su acta de defunción en el prólogo de mayo. Más allá de las falencias que nunca pudieron subsanarse, sobraba la ilusión y la confianza en que se podía vencer a Boca y seguir con chances concretas. Cada uno de los hinchas que dijeron presente el sábado en el Hotel Intercontinental y ayer mismo en el Libertadores cumplió con su rol y dio lo máximo para apuntalar a este equipo confuso. Sin embargo, Independiente no pudo recuperarse de su crónica anemia futbolística y dijo adiós a falta de dos fechas.

El arranque del encuentro entusiasmó a todos porque el Rojo asumió la iniciativa y, por lo menos, se animó a arriesgar. Estaba muy claro que la zona de Ibarra era la más floja del Xeneize y el equipo de Gallego supo explotarla de la mano de un encendido Mancuello. No obstante, los centros del zurdo tenían como único receptor a Silvera, a quien lamentablemente se le secó la pólvora en la etapa decisiva del torneo. Una genialidad de Mareque, que trazó una diagonal hacia la derecha para recibir un pase de Acevedo y asistir a Piatti, le dio la merecida ventaja al anfitrión. Entre tanta previsibilidad, el ingenio del ex River resaltó como oro. Pero la persiana no se cerró como se debía y Monzón puso el empate tras la combinación entre Gaitán y Riquelme, los mejores del visitante en ese periodo inicial. Y poco después, el error garrafal del mejor jugador del Rojo: Gabbarini no supo cómo tomar el despeje de Silvera y Palermo lo madrugó de espaldas.

Gallego intentó subsanar a tiempo el error de haberle devuelto la titularidad al Chipi y apostó por Patito Rodríguez, pero insólitamente desarmó el andamiaje que había dado resultados gracias a Ibarra. El Tolo lo retrasó a Mancuello, lo arrinconó al Pato por izquierda y a Mareque lo dejó al lado de Acevedo. Arriba, Silvera mantuvo su soledad hasta los 26, cuando se le asoció Fede González. Nadie podrá negar que Independiente intentó, pero sus mejores producciones fueron un par de remates de Núñez y algunos cabezazos muy débiles del Cuqui. Mouche (debería ser suspendido varias fechas por su conducta antideportiva) definió el pleito y el penal de Núñez sólo quedó para la estadística.

A la hora del balance, habrá que medir el tono de las críticas con un equipo que, más allá de todo, peleó dos torneos y puja por ser el mejor de la temporada. El Tolo avisó que no renovará si no se suman figuras, un tema que debatiremos en estos días. La única vía sustentable para acercar a Independiente a lo que fue es prolongar proyectos a largo plazo como el actual, que regaló más alegrías que tristezas. Será difícil olvidar este Clausura, que supo ilusionarnos a todos con el retorno a la gloria. Pero queda el consuelo de que, si se sigue por este camino, el horizonte es prometedor.

MR

Fuente : TyC Sports (Blog Paladar Negro)